Como complemento de las dos anteriores entradas, esta propuesta de concebir la dirección política desde los barrios y las secciones electorales, creo que aporta criterios prácticos tanto para el cambio organizativo de los partidos existentes y su revitalización, como para eventuales/refundaciones/fusiones, o la estructuración formal de las fuerza emergentes.
"Un conjunto de militantes activos, que asumen
voluntariamente la responsabilidad de los resultados políticos votos, fondos,
voluntarios - de su sección electoral y practicando una dirección consciente,
es un seguro de sostenibilidad, y aun, desarrollo de esos resultados.
En organizaciones de cierto
tamaño un escalón de cuadros intermedios
– de barrio, distrito, comarca -que ayuda a los equipos de sección electoral al
logro de sus objetivos, añade garantía a que la red votantes-líderes de
opinión-militantes activos se mantiene y adecúa a los cambios que se produzcan
en los votantes actuales y potenciales.
Algunos partidos han
encontrado también útil la creación de equipos
de organizadores-entrenadores, bien entrenados a su vez en buenas
prácticas, que la dirección puede poner a disposición de estas organizaciones
territoriales como intercambio del compromiso con los resultados/compromisos,
no sólo locales, sino de otras elecciones en las que la dirección se encuentra
comprometida.
Pero, creando nuevas estructuras no se consiguen nuevos resultados, si los
procesos y las prácticas que producen los anteriores resultados no se cambian.
Sin una política de abajo arriba que, como
mínimo, complemente la política de arriba abajo; y sin un liderazgo que
abandone los estilos heroicos – carismático y burocrático, por el liderazgo suficiente que compromete a los
votantes y a los militantes, se corre un alto riesgo de que los síntomas
indeseables – desafección, abstención, disminución y desmovilización de
militantes- permanezcan- o, en su caso, vuelvan a aparecer. Porque las
nuevas estructuras apenas alcanzan a crear una red de “carteros”, sin la
garantía de que entregarán todas las cartas.
En cambio, lo que sí
contribuirá a reducir los síntomas indeseables, será:
Ø que las direcciones de los partidos apoyen
procesos y prácticas de elaboración/comunicación de la política de abajo arriba
con su liderazgo suficiente – que elimine todas las tentaciones de los
liderazgos heroicos, tanto carismáticos como burocráticos;
Ø que, congruentemente, abandonen las prácticas de
querer intentar cambios a través de grandes decisiones homogéneas y de un solo
paso, sustituyéndolas por la ayuda a cada unidad/ agrupación distinta en ir
consiguiendo desde su punto de partida peculiar los pequeños cambios
acumulativos de prácticas concretas que son los únicos que garantizan que esa
dirección política consciente de barrios y secciones electorales, sea algo más
que declaraciones más o menos solemnes;
Ø y que se acepte prácticamente que todo esto solo
puede ser consecuencia de aprender experimentalmente sobre la propia
experiencia, en la medida que se va produciendo."
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Este texto pertenece al artículo LIDERAZGO, ORGANIZACIÓN Y DIRECCIÓN CONSCIENTE EN LOS PARTIDOS DE IZQUIERDA, publicado en el año 2.010 en FRC, revista de debat politic, editada por la Fundació Rafael Campalans. Este tema está incluído en la Jornada PRACTICAS EFICACES DE GOBERNANZA , de los días 28/29 de junio en Barcelona- programa y condiciones en este mismo blog.
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