DEDICATORIA
He
escrito estas notas pensando que puedan serles útiles a los políticos electos y
no electos que hoy se afanan en poner un orden sensato en nuestro revuelto
mundo público; tanto aquellos que intentan revitalizar partidos veteranos, como
los que intentan que los nuevos partidos no acaben infectados de las mismas
enfermedades de los veteranos.
El
estímulo final para escribirlas, me lo han dado unas conversaciones on line con
un pequeño grupo de jóvenes políticos de un país latinoamericano empeñados en
renovar la política de su país, en contraste con las prácticas ya
ineficaces de los partidos de mayores
que en su momento fueron jóvenes, innovadores y beneficiosos.
CONTENIDO
En
esta entrada, voy a exponer una síntesis de hipótesis y proposiciones que
forman un marco conceptual. En este marco, y en próximas entradas, ensayaré
iniciativas de desarrollo organizativo para los gobiernos – con especial
atención a los gobiernos de coalición -, a los partidos y a las
administraciones.
Hipótesis
Las propuestas de desarrollo organizativo están
condicionadas por una serie de hipótesis sobre las que estoy dispuesto a
dialogar, debatir y, eventualmente, corregir. En este caso, algunas
proposiciones deberían ser otras.
La transformación que vivimos
Vivimos un período de fuerte transformación – algunos
dicen de las que se producen cada doscientos años, de modo que cuando finalice
casi todas las cosas habrán cambiado. P.F. Drucker habla de que ya estamos
viviendo el post-capitalismo. Tenga razón, o la tengan otros muchos que lo
describen de otras maneras, parece que no se tiene duda de que vamos a
experimentar serias transformaciones, aunque ahora no sea fácil prever lo que
resultará al final.
La “nueva clase” protagonista./ plural.
El gran sociólogo Alvin W. Gouldner – uno de los primeros
en analizar críticamente la burocracia - seguía la pista al surgimiento de una
nueva clase, una burguesía cultural que iba a desplazar en el poder la la burguesía
dineraria. Su visión coincide con otros que han explorado el desarrollo de los
trabajadores del conocimiento y sus luchas internas. Seguramente, la
transformación que vamos a ir experimentando vendrá jalonada por el movimiento
zigzagueante de la nueva clase entre la rebeldía y la sumisión a la clase
dineraria, al mismo tiempo que los movimientos de confrontarse y coaligarse de
los diferentes grupos que van formando la nueva clase.
Los actores de la transformación, las
organizaciones políticas, los partidos, los”Principes del Siglo XXI.
Contrariamente a lo que se supuso a principios del
siglo XX, no existirá una única organización política hegemónica, sino que más
bien los actores de la transformación serán un conjunto de partidos políticos,
capaces de coaligarse para irse haciendo con el poder. Serán, pues, los “Principes”
del siglo XXI, alumbradores del nuevo orden político.
Estos partidos, no pueden ser iglesias, ateneos, ni,
por supuesto, simples “palmeros”. Tendrán que ser formidables “fábricas”
empoderadoras de líderes que se coaligan, de la gran cantidad de líderes que se
necesita para ordenar el mundo diversificado y globalizado
Proposiciones
Ø La
política es un asunto de grupos y de las organizaciones que tejen para hacerla.
La calidad de esa política tiene que ver con la
buena salud de esas organizaciones políticas. Las organizaciones
políticas, como todas las organizaciones, gozan de buena salud cuando realizan
con sus entornos significativos intercambios mutuamente satisfactorios. Los
partidos políticos consiguen su eficacia sostenible cuando reciben el
suficiente apoyo de votantes, donantes y voluntarios – tres conjuntos secantes
de ciudadanos – a cambio de hacer por una mejora de su calidad de vida, no solo
material, aunque también.
Ø Así,
un partido no es una nómina de afiliados o militantes que pagan. Es ante todo,
un diseño de una tarea primordial que
requiere la obtención de unos resultados de apoyos de votantes, donantes y
voluntarios. Estos resultados sirven para fijar unas metas que la
organización política debe ir alcanzando simultáneamente.
Ø La
tarea primordial, en ese sentido, puede definirse de la siguiente manera:
o
Capacidad y prácticas de leer los mensajes de votantes, donantes
y voluntarios;
o
Capacidad y prácticas de elaborar/comunicar una política de
respuesta.
Ø Junto
a ello, el partido tiene que ser capaz de generar
unos gobiernos que ejecuten las políticas.
Ø Y
también tendrá que constituir, desplegar y movilizar una red partidaria, de activistas/líderes que se coaligan entre sí y
con los líderes de opinión de los votantes.
Ø Y dotarse
de estructuras y prácticas de dirección
postburocráticas que eviten la ruina organizativa del sistema, a causa de
los efectos destructivos de la mentalidad y las prácticas de las burocracias
centralizadas.
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Leer + en otras entradas de este blog
SEMINARIOS: Activismo/liderazgo político. Prácticas para ganar y no perder votantes; Prácticas de Gobernanza Eficaz; Conversando para coailigarse; Cómo construir una alternativa de gobierno desde la oposición
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