Este texto y el de la entrada inmediatamente posterior están extraídos y fueron escritos para el manual de organización de un partido.
I.- Una concepción de la dirección política desde
los militantes activos
Esta Guía está dirigida a
todos los militantes, sea cual sea su posición jerárquica o funcional, que
quieren asumir la responsabilidad de asegurar,
por su acción personal, unos resultados políticos de su Partido, en
términos de votantes, donantes y voluntarios. Es decir, que no están esperando que sea un
gran líder, un proyecto impactante, una campaña ingeniosa, o una coyuntura
nacional/estatal favorable, los que aseguren esos resultados.
Aplicar al sustantivo
“militante” el adjetivo de “activo” puede sonar a redundancia, aunque cualquier
persona que conozca la realidad del PSC (y de otros partidos) sabe lo que se
quiere significar con ello. En otros momentos y en otros partidos, se ha
utilizado y se utiliza el término “activista” para designar lo que aquí
queremos decir. Finalmente, lo que importa, no es cómo lo llamemos, sino los
comportamientos políticos que se trata de lograr, con el fin de asegurar los
resultados políticos: comprometerse
íntimamente a asegurar esos resultados en un ámbito delimitado y en el que,
mejor, sea posible comprobar si esos objetivos se han logrado. El ámbito
donde mejor se cumplen estas condiciones es la sección electoral.
ASEGURAR
LOS RESULTADOS POLÍTICOS
La manera más eficaz de
asegurar los resultados políticos en encuentra en orientarse a los votantes, en una interacción continuada que tiene por
objeto producir un intercambio de compromisos.
Al partido le conviene no
sólo que sus votantes actuales se comprometan a volver a votarlo. También le
conviene que le defienda y promueva en su entorno; que preste ayuda para
identificar otros votantes actuales y potenciales, para conservar a los
primeros y conquistar a los segundos; que, en algunos casos, aporte fondos; que
acepte emplear tiempo en comunicaciones en dos sentidos con el partido
–identificar y priorizar necesidades, evaluar la actuación el partido y la
institución,…
Hay una gran diferencia en
los resultados, entre situaciones en que los votantes votan pasivamente, o por
“descartes”, o “tapándose la narices” y las situaciones en que se ha conseguido
que un porcentaje significativo de votantes se vaya comprometiendo a los comportamientos
mencionados más arriba.
El votante no es, en este
caso, receptor pasivo de mensajes unidireccionales standard, sino el
interlocutor activo, cuyo compromiso de acción estamos buscando.
Los compromisos de los
votantes serán consecuencia de un intercambio con compromisos del partido. Los
compromisos del partido radican en cumplir su misión constitucional de
contribuir a formar y manifestar la voluntad política de sus votantes. Para el
intercambio es necesario que el partido comparta con sus votantes las
conversaciones de ellos, y las narraciones donde comentan entre sí cómo las
actuaciones públicas inciden en su calidad de vida.
El intercambio de
compromisos sólo se realiza de un modo firme como resultado de comunicaciones
continuadas en dos sentidos entre personas
singulares, votantes actuales y potenciales/militantes activos del
partido, Compartir conversaciones y narraciones, con vistas a intercambiar
compromisos se realiza con más seguridad si los interlocutores comparten
estilos de vida similares. De modo que habrá que escoger con cuidado los
interlocutores del partido que deben serlo de grupos específicos de votantes,
si se quiere evitar el riesgo de que la comunicación no tenga lugar o lo sea
dificultosamente.
A
través del proceso continuado de comunicación en dos sentidos, el partido puede
avanzar compromisos que producen los compromisos de los votantes actuales y
potenciales. Los compromisos del partido se van concretando en la prestación de
servicios políticos – que ayudan a tomar decisiones a los votantes: encuentros,
priorizaciones, información y formación política,… -, en la solución de
problemas concretos priorizados, la adaptación de proyectos en marcha, el
consenso sobre un proyecto de futuro del barrio, a partir de los valores y
preferencias de los votantes, captados por métodos narrrativos.
DOS
MANERAS DE IMPLICARSE
Las tareas de dirección
política pueden asumirse de dos maneras: como responsable de una sección
electoral, o como miembro de un equipo de sección electoral.
Los RSE son nombrados por la
ejecutiva de la agrupación. En una primera instancia, es aconsejable que estas
responsabilidades sean cubiertas por el equipo directivo de la agrupación,
incluyendo los responsables de barrio, consellers de distrito y cargos públicos
incorporados, por la necesidad que tiene este equipo de tener suficiente
experiencia sobre estas nuevas prácticas, para poder dirigirlas adecuadamente.
Una
vez completada la primera experiencia, será lógico que, normalmente, estas
responsabilidades se asuman por otros militantes, aunque el directivo inicial
debería seguir ligado y colaborar en el equipo de la sección, con tareas que
pactará con el equipo y el responsable. Esta relación con la sección electoral
debería extenderse, al menos, mientras se consigue identificar hasta el 40% de
los votantes actuales y todos los líderes de opinión, se han celebrado varios
encuentros con votantes, se han puesto en marcha los servicios políticos
demandados inicialmente, se han completado las narraciones positivas y negativas
de los votantes.
Y,
en cualquier caso, mantener una cierta presencia entre los votantes de su
sección electoral y una relación de colaboración con el equipo correspondiente
del partido, será una buena garantía contra las enfermedades burocráticas que
pueden acechar a cualquier militante que deja de preocuparse directamente por
los votantes y los demás militantes. .
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Leer + en este mismo blog y en las documentaciones de los cursos-talleres NOPERDER/GANAR VOTANTES, CONVERSANDO PARA COALIGARSE y DIRECCION POLITICA CONSCIENTE PARA EMPODERAR REDES PARTIDARIAS
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