Antonio Gramsci “El Principe Moderno”
En
“El Príncipe”, Maquiavelo presenta en la forma dramática de un “mito”, que
personifica en forma plástica y antropomórfica, el símbolo de una voluntad
colectiva
El
proceso de formación de una determinada voluntad colectiva, que tiene un
determinado fin político , … se representa por las cualidades, los rasgos
característicos, los deberes y necesidades
de una persona concreta, despertando así la fantasía artística de aquellos a
quienes se pretende convencer y dando una forma más concreta a las pasiones
políticas. Maquiavelo trata de cómo debe ser el Príncipe que quiera conducir al
pueblo italiano a la fundación de un nuevo estado, un estado absoluto, como las
monarquías contemporáneas española y francesa.”
“El
príncipe moderno, el mito-príncipe, no puede ser una persona real, un individuo
concreto; solo puede ser un organismo, un elemento de sociedad complejo en el
cual comience a concretarse una voluntad política colectiva reconocida y
afirmada parcialmente en la acción. Este organismo ya ha sido dado por el
desarrollo histórico, y es el partido político: la primera célula en la que se resumen los gérmenes de la
voluntad colectiva que tienden a devenir universales y totales.”
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Pero el “Príncipe del siglo XXI”, el partido del siglo
XXI, no puede ser el de las “vanguardias iluminadas”, ni el de una socialdemocracia
burocratizada. Tanto estas formas, como los populismos y presidencialismos del
siglo XX son formas a superar por los partidos que quieran liderar la transición al postcapitalismo que
viene, que necesariamente pasa por una profundización de la democracia, la
democracia postcapitalista. La crisis de los partidos políticos de que se habla
es más bien una crisis de una formas concretas, históricas, de los partidos
políticos: por supuesto el partido único
y los partidos que han encarnado tipos ideales de liderazgo carismático y
burocrático. El partido en red, en cambio, parece responder mejor incluso a la
descripción de Gramsci que hemos copiado más arriba.
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E. Laclau y Ch.
Mouffe
(1.985), “Hegemonía y Estrategia Socialista”
En
esta transición, es poco probable que el instrumento sea un único partido, sino
un sistema de partidos.
Ch. Mouffe (1.993), “El retorno de lo político”.
Se borra también la posibilidad de un discurso
unificado de la izquierda. La discontinuidad
discursiva pasa a ser, pues, a ser primaria y constitutiva. El discurso
de la democracia radicalizada no es más el discurso de lo universal; … ha sido
sustituido por una polifonía de voces, cada una de las cuales construye su
propia e irreductible identidad discursiva.
…Esta
pluralidad de espacios no niega sino que requiere la sobredeterminación de sus
efectos a ciertos niveles y la consiguiente articulación hegemómica entre los
mismos.
Hemos de hablar con más propiedad, pues, de los
Príncipes del Siglo XXI como los instrumentos de crear una voluntad colectiva
de ir produciendo los cambios que vayan jalonando la transición.
Vamos a trabajar
sobre cómo coaligar gobiernos de izquierdas en la 4ª ed. de la jornada “Prácticas
de Gobernanza Eficaz”, los días 28 y 29 de junio, en BCN.
Leer más en Antonio Gramsci, “Notas sobre
Maquiavelo, la Política y el Estado Moderno, editado por Ediciones Nueva Visión
de Buenos Aires (1960) que puede descargarse en Google; E. Laclau y Ch. Mouffe
(1.985), “Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la
democracia. La democracia radical: alternativa para una nueva izquierda”. en Siglo XXI de España Editores, S.A., Madrid; Ch. Mouffe, “El
retorno de la política. Comunidad,
ciudadanía,
pluralismo, democracia radical”, en
Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona
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