MARCOS
LEKUONA
Los populismos están amenazando las democracias
liberales. Y al mismo tiempo las organizaciones políticas que han sido actores
principales de su funcionamiento entran en crisis serias de desafección.
La organización y dirección de los partidos
convencionales esté siendo incapaz de gobernar la política en los momentos de
cambio que se están produciendo. Una de las claves de esa incapacidad está en
los errores de organizar diferentes papeles que el nuevo nivel de complejidad
de la política está requiriendo.
Unas veces, los partidos han ninguneado los movimientos
sociales y así han acabado por perder de vista los intereses de los votantes.
Otras, movimientos sociales poderosos se han adueñado de los partidos,
parcializando las acciones de gobierno más allá de lo prudente para mantener el
consenso democrático. En algún caso (Obama) ,se ha llegado al poder político a
impulsos de fuertes movimiento sociales; pero al ocupar una presidencia se ha
desmovilizado el movimiento y se ha descubierto (¿?) que no todo el poder está
en los aparatos del estado.
Hay bastantes indicios que permiten establecer la
hipótesis de que una organización política sostenible para un régimen
democrático, necesita diferenciar dos áreas de liderazgo en la esfera de los
asuntos públicos: el área social y el área política.
Los líderes sociales y líderes de opinión de los
votantes, ayudan a escucharse entre los ciudadanos, a identificar y priorizar
intereses y necesidades particulares y a mantener su movilización, alrededor de
ellos.
Los activistas/líderes políticos pueden ayudar a que los
intereses particulares se prioricen en una marco más amplio, aportar recursos para
influir en las decisiones institucionales y ayudar a los líderes sociales a
desarrollar sus liderazgo.
Cuando, en lugar de competir, los líderes sociales y
políticos se coaligan (“crecen juntos”, significa en latín), el sistema
político no sufre la desafección y tiene
condiciones para ir introduciendo cambios incrementales, en la medida que
cambian las circunstancias, siguiendo más un modelo de metamorfosis que de
revolución.
Avanzar en esta hipótesis, requiere:
v Poder
experimentar inicialmente en unidades territoriales no grandes.
v Contar
en ellas con unos cuantos líderes sociales y políticos, maduros y con valores
democráticos.
v Crear
un sistema de entrenamiento de los líderes sociales y políticos, en la puesta
en práctica de proyectos que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos.
v Sucesivamente,
ir avanzando en mancha de aceite de territorios y amplitud de cuestiones
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