¿Cerrarán la brecha de la
desafección política?
Con las
excepciones de los “casos desviados” que pueden observarse, el funcionamiento
más normal del régimen local ha generado un nivel apreciable de desafección
política – insatisfacción de los votantes, alta abstención, reducción del
tamaño y desmovilización de militantes de los partidos.
Este
funcionamiento más normal viene generando desafección al menos durante los
10/12 últimos años. Y su normalidad es tal que, en la mayoría de instituciones
no se han planteado que pueda existir otra forma de funcionar.
Lo que
acarrea que los nuevos cargos públicos van a encontrarse con una cerrada
defensa de lo normal del mismo entre los cargos veteranos, los funcionarios,
las asociaciones y hasta una parte de los votantes.
La
bisoñez de una parte importante de los nuevos cargos hace temer que no sean
capaces de diagnosticar las raíces de la desafección y cambiar el
funcionamiento que la genera.
Para diagnosticar
y cambiar la situación será necesario que los nuevos cargos públicos aprendan,
·
a aterrizar
en la institución, con un esquema claro en la cabeza de cómo identificar las
prácticas que generan la desafección; y con prácticas de interacción con los
otros cargos públicos, con los funcionarios, con las asociaciones y con los
votantes para llevar a cabo una puesta en común del diagnóstico de la situación
y de la estrategia del cambio a llevar a cabo.
·
a
experimentar nuevas prácticas eficaces de gobernanza que simultaneen gobernar y campear, y nuevas prácticas
de organización que lo hagan posible.
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Leer + en otras entradas de este mismo blog
.
En breve anuncaremos un ciclo de seminarios sobre la cuestión
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