El Arte
del Activismo /Liderazgo Político.
Esta convocatoria ofrece documentación, sesiones de
video-conferencias y propuestas de ejercicios para adquirir buenas prácticas
para no perder/ganar votantes, con atención a las próximas citas electorales.
Al mismo tiempo, que recursos para del entrenamiento de activistas,
esta iniciativa pretende ofrecer un lugar de encuentro para activistas experimentados
y entrenadores de activistas donde intercambiar experiencias y dar a conocer sus
actividades y logros.
En esta y tres sucesivas
entradas presentaré una síntesis inicial del material previo sobre el que vengo
trabajando para dar la forma definitiva. Pretendo con ello, poder contar con el
concurso de personas interesadas que puedan hacer observaciones sobre temas y
formato.
Esta primera iniciativa, puede dar lugar a otras sucesivas si damos
con el formato adecuado, lo que requiere necesariamente la co-producción por
parte de las personas interesadas, ya que éstas tienen que entrenarse a partir
de sus circunstancias particulares.
En ésta, nos deberíamos proponer sentar las bases de las prácticas
de reflexión sobre las propias prácticas, y comenzar a utilizar algunos
soportes que permitan registrar e ir acumulando los resultados de ejercicios y
experiencias en unos “cuadernos de campo” (“fieldbook”).
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A modo de
introducción
1.-
Estas sesiones – como avance del libro del mismo titulo en preparación - tiene
su justificación en la conveniencia de dar
apoyo práctico a los activistas que se quieren tomar en serio que su partido,
gracias a su labor en el campo, gane y no pierda votantes en las próximas
elecciones.
Parte
del esquema conceptual del libro anterior – “Cómo ganar (y perder) votantes”, superándolo al
aproximarse más a las prácticas, discriminándolas en malas y buenas.
Los
resultados del último ciclo electoral han ido confirmando a volatilidad del que
podríamos llamar “voto suelto”, el que es consecuencia de la comunicación
unidireccional de las campaña de maniobra sembradora de a través de los medios
y las redes.
Y,
por el contrario, se ha podido observar cómo en aquellos lugares donde el voto
ha sido “apalabrado”, como fruto de coaligarse activistas/líderes políticos con
líderes de opinión de sus votantes, los resultados son sostenibles. Esto puede
constatarse acercándose con ganas de ver a aquellos municipios, donde los
resultados políticos se han mantenido en varias legislaturas, y aun más, cuando
en ellas se ha dado una sucesión de líderes de ese partido.
Como
se enunciaba en las primeras líneas de estas introducción, este libro pretende
prestar ayuda a esos “militantes activos”, o activistas, que
consiguen/mantienen el voto coaligándose con sus votantes, a través de sus
líderes de opinión.
Merece
la pena recordar la propuesta que hacía en el libro COMO GANAR (Y PERDER)
VOTANTES, de constituir “una dirección política desde los militantes activos”.
”Vamos a llamar así a todos
los militantes, sea cual sea su posición jerárquica o funcional, que quieren
asumir la responsabilidad de asegurar, por su acción personal, unos resultados
políticos del partido de izquierdas, en términos de votos y voluntarios. Es
decir, que no están esperando que sea un gran líder, un proyecto impactante,
una campaña ingeniosa, o una coyuntura nacional o estatal favorable, los que
aseguren esos resultados.
Aplicar al sustantivo "militante" el adjetivo "activo" puede sonar a redundancia, aunque cualquier persona que conozca la realidad de los partidos de izquierdas sabe lo que se quiere significar con ello. En otros momentos y en partidos de otros países, se ha utilizado y su utiliza el término "activista" para designar lo que queremos decir. Finalmente, lo que importa, no es cómo los llamemos, sino los comportamientos políticos que se trata de lograr, con el fin de asegurar los resultados políticos: comprometerse íntimamente a asegurar esos resultados en un ámbito delimitado y en el que, mejor, sea posible comprobar si los objetivos se han logrado. El ámbito donde mejor se cumplen estas condiciones es la sección electoral (donde cuyo censo el activista está inscrito) "
En los dos años siguientes he tenido oportunidad de trabajar con este tipo de personas en el campo y en dos seminarios - "Activismo/Liderazgo Político" y "Conversando para Coaligarse. El Arte del Activista/Líder Politico". He llegado a la conclusión de que utilizar el término compuesto "activista/líder político" va más allá de una presentación original. Propone dos pautas que hoy solo se dan en casos especiales - esos "casos desviados" donde se mantienen resultados políticos sosteniblemente -,
Aplicar al sustantivo "militante" el adjetivo "activo" puede sonar a redundancia, aunque cualquier persona que conozca la realidad de los partidos de izquierdas sabe lo que se quiere significar con ello. En otros momentos y en partidos de otros países, se ha utilizado y su utiliza el término "activista" para designar lo que queremos decir. Finalmente, lo que importa, no es cómo los llamemos, sino los comportamientos políticos que se trata de lograr, con el fin de asegurar los resultados políticos: comprometerse íntimamente a asegurar esos resultados en un ámbito delimitado y en el que, mejor, sea posible comprobar si los objetivos se han logrado. El ámbito donde mejor se cumplen estas condiciones es la sección electoral (donde cuyo censo el activista está inscrito) "
En los dos años siguientes he tenido oportunidad de trabajar con este tipo de personas en el campo y en dos seminarios - "Activismo/Liderazgo Político" y "Conversando para Coaligarse. El Arte del Activista/Líder Politico". He llegado a la conclusión de que utilizar el término compuesto "activista/líder político" va más allá de una presentación original. Propone dos pautas que hoy solo se dan en casos especiales - esos "casos desviados" donde se mantienen resultados políticos sosteniblemente -,
- que los
líderes políticos debieran proceder de activistas y seguirlo siendo de
alguna manera efectiva;
- y que los
activistas, en la medida que deben ser capaces de coaligarse con los
líderes de opinión de los votantes, han de ser líderes políticos - con
capacidad de autogobierno y coalición - y no "soldaditos
burocráticos", meramente ejecutores. Como tales deberán intervenir en
las decisiones políticas de su ámbito.
Esta propuesta no pierde de vista que la
cultura política predominante en todos los partidos - con matices y "casos
desviados"- es burocrática - de control y política de arriba abajo.
Y, por consiguiente, opuesta a la propuesta del activismo/liderazgo político.
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