Esta nota, está dirigida a la dirección de la agrupación de un partido político de una de las ciudades formalmente consideradas "grandes".
Está escrita y discutida en la primavera del año anterior a las elecciones del 2.015. Por razones fáciles de imaginar, la reconquista no se produjo.
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AGRUPACION
MUNICIPAL XXXX DE YYY
Proyecto de
Arranque de la
Campaña Electoral para la Reconquista
Sostenible de la
Ciudad de YYY
Para
mejorar la eficacia del “modo campaña”. Observaciones
No
había oído nunca esta expresión de ponerse en “modo campaña”. Y me ha sorprendido
gratamente la capacidad de ZZZ - el secretario general - de titular situaciones de un modo estimulante
para la acción - como en el caso de considerar a las europeas como “meta volante” de las autonómicas y
municipales de 2.0115, introduciendo así de un modo asequible la noción de
campaña permanente.
Pero
lo que he observado estas dos semanas, me ha generado el temor de que, si no se mejora a la vez la organización y la
dirección, la Agrupación de YYY se vaya a quedar lejos de los objetivos pretendidos.
La falta de
práctica en preparar y definir previamente la tarea es un cuello de botella
para las pretendidas potencialidades del “modo campaña”.
Hay
que preparar la tarea, definiendo
mejor el “qué” y explicando y entrenando en los “cómos” – protocolos y sesiones
de entrenamiento a cargo de los que saben hacerlo
No
se puede limitarse a reunir a la gente y
trasmitirles una voluntad, un objetivo general y la espera de que serán
capaces de inventar la manera de hacerlo. Hay problemas de motivación que hay resolver y que la mayor parte de los
actores no sabe hacer, como no saben hacer lo que se les pide y no saben cómo
aprenderlo solos.
Si
la dirección no hace esta preparación estaremos poniendo acciones solo sobre el
papel. Y como la dirección no tiene tiempo de hacerlo sola debe buscar el
concurso de personas que lo saben hacer y darle el papel relevante que
les corresponde. Hacer este grupo no es repetir el grupo canónico del Comité de
Campaña, que juega a nivel de gestión, sino ampliar los recursos de la
dirección en movilizar recursos para coaligarse con los votantes y sus líderes,
gente que sabe hacerlo y motivarle
para que lo haga. (Tenemos algunos ejemplos y, supongo, algunos
más-, pero no son suficientes).
En campaña no se
puede trabajar en serie sino en paralelo. No se trata de ejecutar procesos con
tareas una detrás de otra, sino componer tareas distintas que tienen que ver
con lo que se trata de producir: unos votantes comprometidos y unos activistas
movilizados y entrenados.
En
este sentido campaña y proyecto son
dos palabras que en la política pueden tener el mismo significado y contenido. El
“modo campaña” es el “modo proyecto.”
No hay tiempo para organizar las
secciones electorales y barrios, conseguir y entrenar interventores para las
mesas electorales, llevar a cabo la campaña telefónica, recoger historias de
los activistas y los votantes, identificar líderes de los votantes, poner en
marcha operaciones de acción directa con ellos, motivar a los alejados y a los
acomodados a que dediquen su mejor tiempo, entrenar para las nuevas tareas,
aumentar el contacto personal con los votantes y sus líderes, preparar actos
públicos.
No
hay tiempo si trabajamos en serie. Pero muchas de estas tareas se pueden
ejecutar más eficazmente si se llevan a cabo simultáneamente, poniendo el
énfasis en activar, entrenar y apoyar a la red de personas que pueden llevarlas
a cabo. Una red que activada por una dirección que debe irse ampliando con las personas
que se vayan comprometiendo con activar un nódulo de la red – barrios -, pasa
por el grupo municipal, la ejecutiva, los secretarios generales y ejecutivas de
distrito, y los coordinadores de barrio y sección electoral.
Todos estos
activadores de la red, deben asumir la ejecución de todas las tareas
mencionadas arriba con el apoyo que la dirección puede prestarles.
Una
parte importante de este apoyo vendrá de la movilización de personas que dominan alguna de las tareas y que deben
incorporarse al equipo de dirección.
El contacto directo
Merece
una especial consideración la tarea del contacto
directo del secretario general/candidato que anteriormente ha agotado su
tiempo.
Ahora no tiene
ningún sentido este contacto directo, si se exceptúa el contacto con personas
que pueden ser grandes donantes.
Hay
que esforzarse porque esos contactos
puedan ser ejecutados por los miembros de la red, que podrán aprovecharlos
de un modo permanente, porque están en situación de mantenerlos
continuadamente.
Los contactos del
secretario general más fructíferos serán los llevados a cabo con las personas
que pueden activar la red, es decir esa cadena que hemos mencionado más arriba.
Estos contactos deben servir para escucharles, acordar objetivos, definir la
tarea, entrenarles en lo posible directamente o con el concurso de otros
recursos a su disposición.
Motivación de la
red
Para
hacer todo esto, hace falta poner en marcha un entrenamiento práctico sobre el terreno con el concurso de
las personas que ya saben hacer cada cosa.
Pero
sobre todo, la carencia más importante
es la motivación, que las personas con las que se tiene que contar quieran comprometer sus esfuerzos en
hacerlo.
Contar
con las personas que saben hacer las cosas para que entrenen a los otros, puede
ser un estímulo motivador para ellas.
Pero
el impulso de motivación más importante tiene que venir de transformar las
“misas conventuales”, en lugares de deliberación y decisión política, al estilo
de lo que se ha empezado a ensayar, con diversa suerte, en las asambleas del
Este y del Oeste.
Hay
que desmontar el andamiaje defensivo montado para las ejecutivas, comités y
asambleas, y lanzar con la práctica el mensaje que la dirección quiere
empoderar políticamente a los militantes, y poner en marcha acciones directas
sobre problemas sentidos por los votantes, empollerando a sus líderes.
Miembros
de la ejecutiva y del grupo municipal deberían trabajar con el secretario
general para avanzar lo más posible en esta línea, intentando con su reclamo
recuperar la ilusión y la presencia de militantes interesados por la política
en que pueden intervenir eficazmente, y no en debates fuera de su alcance.
¿Cuándo?
AHORA.
En
estos tres próximos meses, debería a acabarse
el proyecto de arranque – puesta en marcha de los barrios y de “el barrio
que vivimos”- y ejecutar la preparación,
la estrategia (más coaligadora que sembradora), la planificación (proyecto de
campaña y fondos), y la organización de
la campaña.
De
este modo, a partir de setiembre se
podrá poner en marcha la operación “el barrio que queremos” a medida de que se
llegue a acuerdos con los líderes de los votantes. Estos acuerdos vendrán
reforzados por las acciones directas sobre problemas inmediatos cuyo programa
debería quedar definido en parte sustancial en esto próximos meses.
Y
los órganos formales, remozados en su funcionamiento por la operación de
superación de las “misas conventuales”, podrán afrontar la elaboración y
decisión de una normativa para aprobar los manifiestos electorales para la
campaña municipal de 2.015.
En
estos tres próximos meses, se debe, pues, avanzar en la motivación, definición
de la tarea, entrenamiento de la red partidaria de activistas, y de la
dirección consciente de todo esto.
Si
las elecciones europeas salen bien aportarán un empuje formidable a todo esto.
En cambio, si no salen tan bien, los cambios de interacciones producidos,
compensarán, en alguna parte, las frustraciones de los que hayan estado
involucrados en este proyecto que ya se ha anunciado desde el principio que no
es a corto plazo. Esta es una “meta volante”, ni más ni menos.
Por
supuesto, para hacerlo habrá que contar con el efecto dispersador de las
iniciativas regional y federal, pero si se pone empeño en ello, puede ser que
sea pequeño.
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