Cuando los problemas de una organización compleja se
quieren enjuiciar en términos de lo que ha hecho una persona, por más que se le
adorne como líder, se está alimentando el interés de los medios de crear
relatos entendibles fácilmente – sobre todo para ellos mismos - y las ilusiones
de quienes creen que “pintan algo”, o quieren creerlo.
Cualquier aproximación al análisis del auge y las
caídas de estas organizaciones indica que son procesos largos en que han intervenido
muchas personas y circustancias, y que tanto la acusación de la caída como la
apropiación del auge por una sola persona, o incluso un pequeño grupo de
personas, no deja de ser una burda simplificación cuando no un argumento
interesado.
Lo peor de esto, es que de esta manera se deja de
analizar los fenómenos organizativos que producen los movimientos positivos o
negativos, de los que la acción de los pretendidos líderes heroicos no es más
que uno de los componentes, y, a veces, ni siquiera el más importante.
Es hora de abandonar las nociones “monárquicas” o
“caudillares” de las organizaciones, para tomar en cuenta las interacciones de
los componentes de su realidad social.
Sin perjuicio de entrar más a fondo en el análisis
organizativo en otra ocasión, estas observaciones pueden servir ahora:
v El
liderazgo de una organización no es uno o unos pocos líderes sino un sistema en
el que juegan un papel importante tanto los líderes como los liderados.
v Para
funcionar bien una organización compleja, no actúa a impulsos de unos líderes
en la cúspide, sino de muchos líderes a lo largo de toda la organización. Estos
líderes deben querer/saber dirigir coaligándose o coaligarse dirigiendo.
v El
sistema de liderazgo de una organización sana y sostenible necesita que se
lleven a cabo bien los siguientes cometidos:
ü compartir
entre los actores relevantes la visión de la realidad – y dentro de ellas los
intereses y metas de los actores – y acordar una metas generales con las que se
comprometan de verdad los actores en emplear en ellas todos sus recursos;
ü definir bien de antemano cuáles es la tarea
que deben llevar a cabo los componentes
de la organización para que las metas se alcancen;
ü asegurar
que todos los componentes tienen los entrenamientos adecuados para ejercer eficientemente las
prácticas que la tarea exige de ellos.
v Resulta
cómodo pensar que sustituyendo a las personas se resuelven los problemas
organizativos; pero hay una abrumadora experiencia de que, en la mayoría de los
casos, esto no es así.
v La
mentalidad y las prácticas de dirección autoritario burocráticas hacen
imposible cambios desde arriba en organizaciones complejas. En realidad, esa
mentalidad y esas prácticas suelen ser la raíz de los problemas hoy.
v Hay
la vía de la metamorfosis, que podemos tratar en otra ocasión. Para
emprenderla, hace falta liberarse antes del folklore de los liderazgos
heroicos.
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lLeer + en otras entradas de este mismo blog.
LLos cambios en las organizaciones complejas los abordamos en los cursos del ciclo Introducción al Entrenamiento en la Práctica política y la Gobernanza Eficaz; y en los seminarios Herramientas conceptuales para agentes de cambio.
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