Ya estamos
en tiempo de campaña cara – al menos - al mayo de 2.019. Quedan escasos 9 meses para
esa cita electoral. Y este plazo corto parece
que para muchas personas elimina cualquier posibilidad de hacer algo que no se
haya hecho hasta ahora. Así, muchas candidaturas repetirán estrategias ya
ensayadas y que han dado malos resultados en el pasado. Parece un círculo
vicioso imposible de romper.
Ahora,
cuando la mayoría de los actores en condiciones de presentarse a las próximas
elecciones ya está considerando lo que hará, parece oportuno proponer tres reflexiones para ir rompiendo ese círculo
vicioso que obliga a llevar a cabo campañas de, previsiblemente, dudoso
resultado:
ü Acerca del nivel de consciencia de la
dirección de las campañas;
ü Acerca de lo que conviene hacer para
no perder/ganar votantes;
ü Acerca de actuar con dos visiones
simultáneas: el corto y el medio plazo.
En esta
entrada vamos a atender a cómo actuar simultaneando el corto y el medio plazo, para
romper el círculo vicioso de las malas prácticas de campaña.
Cuando hay
que lograr un objetivo que solo puede materializarse a medio plazo, habrá que tener presente que cualquier plan a ese
plazo, sólo puede empezar si llevamos a cabo ahora acciones, que van
enlazándose en el tiempo con otras acciones que van produciendo hitos parciales
en el camino de las metas finales.
Naturalmente
que dotarse de más/mejores recursos estratégicos – valor público generado, red
partidaria – sería ideal que hubiera
podido empezarse dos años antes de
la fecha electoral – o como dicen, los proponentes de la campaña
permanente, al día siguiente de la última elección pasada- ; pero la siguiente fecha ideal es hoy mismo.
A esto puede
ayudar, no tomar a todos los electores
que pueden participar como una sola unidad, sino a encontrar los fragmentos
de los mismos que pueden tener comportamientos políticos significativamente diferentes,
o frente a los cuales podemos tener una posición diferente.
Sin perjuicio
de encontrar otras posibles segmentaciones de los electores, que merezcan su
tratamiento específico, los barrios y las secciones electorales pueden ser siempre
divisiones que pueden tener a su cargo un número de activistas.
De este
modo, un proyecto a medio plazo puede irse atacando sucesivamente por
subproyectos más pequeños, que van a permitir acometer cambios con los recursos
que se tienen ahora, generar más recursos e ir aprendiendo de cada paso parcial
para los siguientes.
La actuación
a corto plazo, como la campaña actual, también mejorará si tomamos como unidad
para la misma, estas mismas divisiones significativas – barrios, secciones
electorales, segmentos - y establecemos
un sistema para evaluar su situación y los avances que se van logrando.
Para
materializar esta actuación corto/medio plazo, es oportuno introducir la
reflexión acerca de lo que conviene hacer no perder/ganar votantes, que trataremos
en la siguiente entrada.
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