Probablemente, en muchos municipios, la falta de respuesta
clara a esta pregunta está provocando campañas electorales menos eficaces de lo
que serían posibles.
Las instancias supramunicipales de los partidos si
quieren actuar en disciplina de arriba abajo, esperan que las organizaciones
locales actúen de altavoz de sus mensajes, sin prestar mucha atención a las
demandas concretas de sus votantes, lo que perjudica la capacidad de liderazgo
local de los miembros de las organizaciones locales.
En cambio, miembros de esas organizaciones locales, que
efectivamente consiguen el liderazgo político local, fácilmente se inhiben de
los resultados políticos supramunicipales.
Nos encontramos ante un problema clave de la organización
de los partidos, que trataremos más adelante cuando hablemos de los juegos de
negociación compromiso/ apoyo, como solución al problema.
Aquí nos parece oportuno llamar a la reflexión sobre que
un liderazgo político local, bien coaligado con el liderazgo supramunicipal suele contribuir al mantenimiento de mayorías
a medio plazo. Y qué prácticas deberían ejercitar los miembros deL liderazgo
local y los deL liderazgo supramunicipal.
Los dirigentes locales de un partido, si quieren
efectivamente conseguir el liderazgo político local, tendrán que dominar dos
tipos de prácticas interrelacionadas: coaligarse con sus votantes a través de
sus líderes de opinión, por una parte; y por otra, coaligarse con el liderazgo
supramunicipal de modo que no perjudique/ayude a coaligarse con sus votantes.
Las prácticas que tienen que ver con coaligarse con sus
votantes, dependerán inicialmente de que vean a los miembros de su organización
local, incluidos los propios dirigentes, como activistas/líderes políticos o
como “soldaditos burocráticos” de una organización mayor. El liderazgo político
de los votantes locales, será consecuencia de una prácticas que ya hemos mencionado
muchas veces, y sobre las que profundizaremos más adelante, como: estar
presente, escuchando, en los lugares donde la gente habla de política;
identificar a los votantes, sus líderes de opinión y sus preocupaciones; ir
compartiendo con ellos un lenguaje que ponga de manifiesto sus valores; ir
formando comunidades de votantes; aportar colaboración para que los votantes
actuales y potenciales se escuchen y prioricen colectivamente sus necesidades;
acompañarles hasta las urnas prestándoles los servicios que necesiten para
formar y manifestar su voluntad política. Todo esto, se llevará a cabo más
eficazmente si viene animado por un entrenamiento permanente de los activistas
y los dirigentes.
Los dirigentes
supramunicipales, tendrán que optar entre basar su relación con los dirigentes
locales en la disciplina a las indicaciones derivadas de su campaña aérea, o
apoyarles en la consecución de su liderazgo político local. Y conseguir la
coordinación a través de la prácticas de negociaciones de compromisos (votos a aportar)/apoyos
(entrenamientos, ayudas a conseguir resultados para proyectos estratégicos de
barrios, recursos económicos…)
A este respecto sugiero la lectura del artículo HOW TO ORGANIZE TO WIN. Rebuilding the
democratic infraestructure is too important to oleave uo the consultocracy, de
Marshall Ganz (trabajó en el equipo de los United Farmers Workers durante 16
años, es organizador político y es profesor en la Kennedy School of Governmente
en la Universidad de Harvard), publicado el 16 de marzo de 2.018, en The
Nation.
Propone recuperar la campaña terrestre a las fuerzas
progresistas de su país.
Puede descargarse en Google.
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