La
dirección política es un conjunto de prácticas para la disciplina de resultados
(votos, fondos, voluntarios) de la espontaneidad motivada de los miembros de un
partido político. Los anglosajones la expresan como “political management” y
los latinoamericanos como “gerencia política”.
El
entrenamiento en estas prácticas debe realizarse en forma de una reflexión sobre
las prácticas y su relación con los objetivos/resultados políticos.
La
reflexión requiere unos soportes que permitan objetivar/ modelizar las prácticas, utilizando un método
comparativo para establecer relaciones de causalidad entre prácticas/hitos
intermedios/resultados.
Estos
soportes son el autodiagnóstico de los
comportamientos políticos, el Plan
de desarrollo de la dirección política, y su programación.
Autodiagnóstico de los comportamientos
políticos
Cada
agrupación debería llevar a cabo en cada mandato un autodiagnóstico con el
siguiente contenido:
o
Análisis electoral por secciones electorales,
barrios, distrito, comparando las diferentes tipos de elecciones, siguiendo
especialmente la abstención.
o
Análisis militancia/voluntariado: evolución
del número de militantes, simpatizantes, interventores, y apreciación de su
movilización y participación en las actividades políticas de la agrupación.
o
Análisis de los comportamientos políticos.
Estos comportamientos deben
servir para una aproximación analítica a
cómo la eficacia política (=la obtención de votos, fondos, voluntarios) en un
municipio, es función de un conjunto de interacciones, al menos, entre:
los
votantes entre sí;
los
votantes y miembros de un partido;
los
miembros de un partido entre sí;
los
miembros de un partido con los miembros de otros partidos
los
dirigentes y los miembros del partido;
los
dirigentes del partido entre sí;
los
dirigentes de un partido con los dirigentes de otros partidos;
los
grupos políticos con la ejecutiva de su partido;
los
cargos públicos de una institución con los directores y técnicos de la
administración correspondiente;
los
grupos políticos de una institución entre sí.
Los
gobiernos de las diferentes instituciones entre sí
Esta aproximación analítica
permitirá distinguir entre buenas/malas prácticas. Y de esa comparación podrán
deducirse entrenamientos preventivos de malas prácticas, y correctivos para
sustituir malas por buenas prácticas.
Plan de Desarrollo de la Dirección
Política.
Una
mejora de los resultados políticos no puede conseguirse normalmente a corto
plazo. El desarrollo de los recursos estratégicos para ello – los
votantes, los militantes y la dirección
y sus asesores – requieren proyectos a medio plazo.
Por
ello, es aconsejable que cada agrupación elabore a partir de su autodiagnóstico,
su plan de desarrollo de la dirección política, con un horizonte de todo el
mandato siguiente, con una programación precisa de dos años, al menos.
El
Plan debe proponerse objetivos,
mantener
los votantes actuales, y el apoyo de un porcentaje de los mismos en fondos y
tiempo voluntario –sobre todo de los líderes de opinión; conquistar los
votantes potenciales específicos que se decida; identificar prioridades de unos
y otros.
Siempre habrá que especificar objetivos de votos, en
términos de quiénes son los votantes de que quienes se esperan, clasificados,
al menos, por las secciones electorales en las que votan. Cuando el objetivo
implica conquistar votantes potenciales, éstos deberán especificarse también en
términos de cuáles son los motivos por los que se supone que van a decidir
votarnos a nosotros. Será oportuno añadir a la clasificación por sección
electoral, criterios que definan el estado del que parte este votante
potencial: abstencionista, nuevo votante, nuevo residente, votante de otros
partidos,…
Junto
a ello debe contener actuaciones que podemos clasificar en tres ejes de
proyecto:
· El
empoderamiento de la relación votantes/militantes con los órganos de distrito
del Ayuntamiento, incluyendo la sustitución de malas/buenas prácticas
políticas.
· El
aprendizaje del gobierno.
· La
elaboración política concretada en la narración de cómo la actuación de
partido/gobierno contribuye a la mejora de la calidad de vida de los votantes y
su explicitación en mociones, estado del barrio, proyectos y planes
estratégicos por barrio, presupuestos transparentes….
Programación del Plan
En
el lenguaje político habitual la expresión programa tiene muchas acepciones. La
que aquí preconizamos es una expresión precisa, en términos cuantitativos en lo
razonable y calendarizada de cómo a través de la ejecución de unas actividades
descritas en las metas que persiguen y cómo se conseguirán, se van cubriendo
unos hitos/metas intermedios que
conducen a alcanzar los objetivos al final del período programado.
Un documento anexo al Plan de Mejora, debe registrar por orden cronológico,
cómo se han ido ejecutando las acciones, cuándo y en qué grado se van superando
los hitos intermedios y logrando los objetivos/resultados.
Como instrumento de reflexión y mejora de las acciones
concretas, un soporte registrará la
preparación de cada acción (qué/cómo) y lo que efectivamente tiene lugar.
Este sistema de reflexión, en la medida que su uso se
generalice en las agrupaciones locales, servirá no sólo a la finalidad de
mejorar situaciones poco favorables, sino también para identificar cuáles son
las buenas prácticas de las organizaciones que van consiguiendo buenos
resultados.
La experiencia debe procurar evitar el exceso de burocracia que puede suponer llevar toda esta
documentación de un modo excesivamente causalidad resultados/hitos/acciones
(qués/cómos).
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Leer + en anteriores entradas de este mismo blog, y en la documentación de los cursos taller del ciclo de formación y entrenamiento sobre la MAESTRIA DE LA PRÁCTICA POLÍTICA Y LA GOBERNANZA.
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