PUNTOS
1 Y 2 DE LAS GUIAS PARA DESARROLLAR UNA DIRECCION CONSCIENTE DE LAS REDES
PARTIDARIAS
La sostenibilidad/desarrollo de los resultados
políticos se afianza mucho cuando se cuenta con comunidades de votantes, en
cuyos encuentros se identifican sus intereses y preocupaciones y las personas
dispuestas a liderar a los demás para trabajar por conseguir mejoras de la
situación. Ayudando a estos lideres con recursos institucionales y/u otros
fuera de su alcance, y a afianzar su liderazgo democrático, se produce la
coalición con estos lideres de los votantes, en el verdadero sentido de “crecer
juntos”.
Hacer que esto pase es el papel del activista/líder
político, al que hemos definido como la persona, sea cual sea su posición
organica o funcional, comprometida íntimamente a hacer personalmente lo
necesario para que en su entorno próximo su opcion política nopierda/gane
votantes, y también, eventualmente, donantes y voluntarios.
Los partidos, hoy, cuentan con variopintas nominas de
inscritos, simpatizantes, afiliados y militantes, más asesores, cargos
públicos, cuadros y dirigentes. De ellos, una buena parte no piensan que harán
nunca el papel de activista ni de líder. Otra parte podría probarlo, si alguien
les ayuda y consigue que aprendan como hacerlo.
Si aceptamos la hipótesis de que la sostenibilidad de
resultados requiere contar con activistas en numero alrededor de 2% de los
votantes, se puede car en la tentación de hacer a todos los militantes
activistas por decreto. Ya se ha hecho en algunos casos con muy malos
resultados.
El compromiso con esta tarea ha de ser personal e
intimo. No tiene ningún sentido tratar de imponerlo de cualquier modo a
personas que no quieren hacerlo nunca, o al menos por ahora, ni a personas que
no lo ven o no lo entienden o tienen demasiadas dudas sobre si serán capaces de
hacerlo suficientemente bien. Esto es especialmente descabellado cuando el que
manda que se haga esto no lo ha hecho nunca personalmente y solo puede dar
indicaciones vagas de cómo hacerlo o sacadas de un manual genérico. Consignas
del tipo “hay que estar en la calle con la gente”, “hay que saber lo que quiere
la gente”, “nuestras agrupaciones tienen que ser punto de encuentro para la
gente”, y otras, mejor formuladas, pero igualmente vacías de contenido
practico, vienen repitiéndose infructuosamente desde hace bastantes años.
Hacer
antes de mandar
No es difícil descubrir en los municipios que presentan
resultados sostenidos, que existe en ellos una pauta que, con variantes,
responde a un patrón: los líderes son y hacen de activistas, y su ejemplo ha
atraído al partido a personas que les gusta ser activistas, que han aprendido
de sus lideres las practicas del activismo. En algunos lugares, las tareas de
activista llegan a ser asumidas por personas no afiliadas con tanta dedicación
y eficacia o más que muchos militantes.
Pude deducirse pues, con bastante seguridad, que la
clave de los buenos resultados radica en que los lideres sean y actúen como
activistas. Y que donde no lo sean aun, se pongan cuanto antes a aprenderlo
experimentalmente, a “ hacer antes de mandar”. A estas alturas seria
aconsejable leer la entrada anterior, “El activista aprendiendo a
autogobernarse”.
Cada líder - cuadro, dirigente, asesor, cargo publico,
candidato – pertenece a una sección electoral que ha ser el soporte de su
aprendizaje. Cada uno de ellos deberá formar un pequeño grupo, según el número
de votantes propios de la sección, con compañeros que vivan en la misma. En
caso que este número sea insuficiente, será bueno proponerse alcanzarlo
consiguiendo que se vayan convirtiendo en voluntarios, algunos votantes
identificados que acepten formar una comunidad e votantes
Sin ánimo de ser exhaustivos[1],
estas son algunas de las prácticas que los líderes deberían aprender y practicar:
· Identificar
lugares de encuentro donde la gente habla de problemas y de política; hacerse
aceptar en ellos, para escuchar.
· Identificar
votantes actuales y potenciales, organizar encuentros con ellos, para ir
constituyendo comunidades de votantes, decantando en ellas valores, intereses y
preocupaciones, y líderes sociales y de opinión.
· Acompañar
a los votantes, prestándoles los servicios políticos que les ayuden en la toma de
sus decisiones políticas.
· Y
sobre todo, ayudar a los líderes a que consigan sus propósitos de mejorar la
calidad de vida de sus convecinos, cuidando de ayudarles también a conservar y
aun desarrollar su liderazgo.
· Cuidar
de que todos los votantes favorables depositen su voto el día de las
elecciones.
Entrenando
entrenadores y activistas.
Conseguir, sin esperar a un plazo muy largo, contar con
el número de activistas requerido, puede pedir que se cuente con más
entrenadores.
Una organización política que se tome en serio la tarea
primordial de noperder/ganar votantes, sería sensato que procure conseguir una
coalición madura y dominante entre los dirigentes y aquellos miembros de la
organización que tienen acreditadas unas prácticas exitosas como activistas.
Sería lógico que una buena parte de esos dirigentes hayan sido a su vez
activistas con buenas prácticas. Y que esos dirigentes/activistas ya veteranos,
inicien una segunda carrera política como entrenadores, abandonando las cucañas
orgánicas.
Un activista, cuyas buenas prácticas han sido
acreditadas por los resultados obtenidos en su primera carrera, solo necesita
para convertirse en un buen entrenador,
- · que quiera renunciar a la competencia orgánica interna, y dedicarse a hacer que otros se conviertan en activistas que consiguen buenos resultados;
- · que aprenda a reflexionar sobre sus propias prácticas, hasta ser capaz de discriminar sus buenas prácticas de las malas, en función de situaciones concretas vividas;
- · que aprenda a identificar sus personal manera de aprender, y se haga sensible a que existen otras maneras de aprender en otras personas y que su tarea como entrenador es ayudar a que aprendan a su modo peculiar de cada una. Aprender a aprender.
Los dirigentes deberían de contar entre sus
competencias la de entrenadores, si bien en la mayoría de los casos no serán
suficientes, sobre todo ahora en que la proporción de activistas reales es
pequeña. Así una coalición madura de dirigentes/activistas/entrenadores y de
activistas/buenos prácticos/entrenadores es la fórmula organizativa para
dirigir conscientemente una organización política en una línea de resultados
políticos sostenibles. No se ha descubierto otra fórmula de mantener la
eficacia a medio plazo, que la de explotar la experiencia práctica para asegurar las buenas prácticas de los
componentes de la organización.
Pequeños grupos de entrenadores/entrenandos pueden
dotar a una agrupación local de una rica vida social orientada hacia la tarea y
los resultados, que es un buen antídoto para mantener el equilibrio frente a
las pulsiones disgregadoras de la cucaña burocrática..
El entrenamiento en buenas prácticas debe
proporcionarse a los miembros de la organización desde el momento de su
incorporación. Y debe mantenerse continuamente
al hilo de las cuestiones prácticas que para los resultados vaya detectando el
acompañamiento de los votantes y sus líderes de opinión.
Tanto los cuadros, dirigentes y los entrenadores,
deberán mantener su presencia, no protagonista, en los encuentros de sus
comunidades de votantes. Además de su contribución a no perder de vista la
realidad de la política en los votantes, esto puede contribuir a tener el pulso
de su organización en el campo y detectar necesidades de entrenamiento y
cambios.
i
[1] SE
PUEDEN ENCONTRAR NUEVAS REFERENCIAS A PRÁCTICAS POLÍTICAS EN VARIAS ENTRADAS ANTERIORES
DEL BLOG (marcoslekuona1.blogspot.com) y en el libro COMO GANAR (Y
PERDER)VOTANTES (www.fcampalans.cat/uploads/publicacions/pdf/como
ganaryperder votantes_def.pdf) QUE SE DESCARGA GRATUITAMENTE.
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