A lo largo esta semana, a su partir de
una publicación bastante contundente en
Facebook de Dany Adell, activista socialista ,bien conocido en diversos
enclaves del Pais Valenciano y en las redes virtuales, sobre como ve el a “su”
PSPV, se ha producido un dialogo con unos 20 intervinientes.
De estas intervenciones, me ha parecido
la mas fructífera para una reflexión organizativa la de Andreu Moratal,
estudiante de ciencias políticas y activista socialista en el municipio
valenciano de El Puig.
Todo ello enmarcado en el debate de las
primarias para elegir el Secretario General del PSPV. Este articulo no
interviene en este debate, sino que pretende extraer un marco conceptual para
el desarrollo organizativo de un partido político. Dany propone un nuevo modelo
de organización y Andreu señala las dificultades de la transición de la situación actual a ese nuevo eventual modelo.
He aquí una síntesis de ambas entradas
DANIEL ADELL
”DE ABAJO A ARRIBA, POR UNA ORGANIZACIÓN POLÍTICA CENTRADA EN EL VOTANTE. EL EJEMPLO DE LA COMPETENCIA LOCAL.
…el verdadero y necesario nuevo modelo de partido es en el que
los afiliados se conviertan en activistas políticos y sociales de partido para
ayudar a gobernar, escuchar a los votantes y ganar su confianza.
Más allá de las
apelaciones hacia una militancia que se reúne solo consigo misma, encuentro que
el cambio de cultura en la organización se debe dar no liderando plataformas de
líderes en la interna sino haciendo de aquel que decide ser afiliado al partido
un líder de opinión en su entorno que es escuchado por la dirección a la hora
de establecer contacto con sus vecinos y otros líderes de opinión local y así
poder elevar políticas que le importan a ellos para la buena toma de decisiones
de estrategias políticas o gobiernos socialistas.
Yo por ahora solo veo
un exceso de retórica ateneísta y reuniones de militantes alrededor de líderes
orgánicos en una lucha que solo esconde el enésimo unos contra otros y todos
perdiendo votos. La respuesta no está ahí, está en el siguiente paso: la
conexión gobierno-partido-activistas-votantes. Muchos de los que se suman a una u otra
candidatura ocupando todo su tiempo político en la elección interna de su
candidato, de hecho, son compañeros que ni siquiera obtienen resultados
remarcables en sus circunscripciones electorales y pareciera que esto no
afectara a su capacidad para liderar nada en una organización que necesita de
votos como primer alimento. ¿Cómo podemos pedir responsabilidad y una
organización mejor a los que no han asumido la suya en la primera tarea: su
localidad?
Aprender y entrenar
esta nueva organización política efectiva solo se puede hacer acotando a la
organización desde lo local a lo global y no al contrario. Por ahora, el modelo
que observo de algunos candidatos a sustituir liderazgos apelando a las bases
esconde una trampa fundamental: es de arriba a abajo. Sobre todo si se usa
iconografía de anteriores procesos federales situados aún más arriba.
El cambio de paradigma
no es posible ni desde dentro de la M-30 (léase Ferraz) ni desde una
aristocracia burocrática de poder territorial (léase Blanqueríes) ni tampoco de
vacuas apelaciones a la base en cenas eternas con los mismos (léase menú de
populismo). En definitiva la pugna no puede darse entre una organización
centralizada, burocrática y otra centralizada y burocrática pero de ámbito
autonómico. La revolución que mantendrá votos y gobiernos empieza por el
alcalde que organiza a sus activistas en un sistema de conversación democrática
útil y entrenado. En cada barrio con el liderazgo del buen militante preocupado
por su entorno, liberado de cualquier yugo orgánico y llevando a su gente a
votar por las políticas que le interesan y ha elaborado junto a ellos. Así lo hicieron
diversos partidos de izquierdas cuando perdieron el poder institucional,
ganando músculo desde abajo autoorganizándose desde los lugares más próximos a
sus votantes y simpatizantes. Y así sí que salen nuevos y buenos liderazgos.
Porque si el socialismo responde a las expectativas y anhelos de
la gente corriente, entonces se debe a las conversaciones con sus votantes. Ese
es su poder. Hagamos una organización que sirva para ello y no generemos más
monstruos burocráticos o populistas, entretenimientos vacuos para
autoconvencidos de parte”
No contaría con ello. Entre otras cosas porque la cultura
interna del partido (y esto se aplica al militante de forma individual) no
contempla el entorno externo a lo orgánico como campo a explorar. Tenemos
honrosas excepciones pero en general vivimos en una "burbuja" y
hay un buen número de militantes que no salen de ese entorno… Ahora bien lo
complicado es encontrar el equilibrio necesario entre esa cultura de partido,
que existe y si no se tiene en cuenta te puede paralizar media organización (aparte
de que también el militante al final es quien paga la cuota y como mínimo
quiere que se le mime un poquito), y una evolución a un partido mas activista,
con mejor densidad en el pensamiento político y mas “vinculado” al entorno
sociedad que les rodea.
… Ahi está el problema. Lo
orgánico en el partido se ha convertido en sujeto principal de la construcción
del discurso en el PSOE, o para algunos en el PSOE. Lo ideológico, lo táctico y
lo estratégico pasan a segundo plano. La organización se ha convertido en ideología
en si misma cuando debería ser una cuestión casi logística o de eficiencia para
cumplir objetivos.
Creo que
estos textos nos ofrecen un buen pretexto para una reflexión sobre la practica política. ·
1-No estoy de acuerdo con
el papel secundario de la organización que parece desprenderse de la ultima
manifestación de Andreu. La organización del estado de los procesos de
concentración y reparto del poder, no solo afecta a la “eficiencia para cumplir
objetivos”. Afecta a los intereses personales de los actores y a las
estrategias y tácticas que querrán/sabran poner en practica, y a los valores
que declararan/cumplirán.
Otra cosa muy dìstinta es
estar en desacuerdo con las practicas actuales que se comprenden bajo el titulo
de “organización”. Presos de una mentalidad y unas practicas autoritario-buroraticas,
con frecuencia, los dirigentes de los partidos pierden de vista el entorno
electoral del que depende la salud de su organización y queman sus energias en
la cucaña interna. Para ellos organizar es mas como se controla lo que pasa en
la línea de su posición competitiva interna que considerar cosas como mejorar
resultados, definir bien la tarea primordial, las tareas principales, las
buenas y las malas practicas, y entre ellas las que tienen que ver con las
interacciones entre los actores, en tänto en cuanto producen el grado de coalicion
/competencia que permite disponer/no disponer de recursos.
La primera reflexion es,
pues, la necesidad de que en las organizaciones políticas se dedique tiempo y
recursos a reflexionar sobre su realidad y perspectivas en términos “organizativos”
– resultados, valores, tarea primordial, tareas principales, tareas
principales, practicas buenas y malas, interacciones, coaligarse/competir. Esta
reflexión no ha de ser solo competencia de los dirigentes. El votante es
individual y siempre será mas eficaz en conseguir su preferencia y apoyo la
persona próxima a el, el activista, que es capaz de identificarle y acompañarle
en sus decisiones políticas. El activista necesita reflexionar pará mejorar sus
practicas de clarificar sus valores, entrenarse en sustituir malas por buenas
practicas coaligándose con sus votantes, con otros activistas y los dirigentes
de la organización a la que haya decidido pertenecer.
2.-La segunda reflexión es
que no es sensato pensar en un nuevo tipo de organización sin, simultáneamente,
diagnosticar los problemas de la situación actual que se pretenden corregir y
el proceso de transición de un estado al otro so pena de quedarse en el mero
discurso.
A esto, considerando el
proceso desde el activista individual y desde los dirigentes, y la via de convergencia
eventual de ambos procesos, dedicaremos una nueva entrada.
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