Entradas populares

lunes, 13 de julio de 2015

COALIGARSE BIEN- GOBERNANZA PLURAL






En la última legislatura se han dado muchas quejas sobre los gobiernos de coalición. Estas quejas tienen que ver con  que la preparación y gestión de las mismas coaliciones no se han llevado a cabo de un modo suficientemente cuidadoso. A pesar de ello, no parece que en la legislatura que inauguramos, se estén tomando medidas para que esa preparación y gestión sean mejores.



De entrada, es interesante llamar la atención sobre que no puede darse una coalición suficientemente madura, entre unos partidos que estén pensando en crecer a costa de los votos de los otros coaligados. Hacer un pacto de cómo “crecer juntos” – que es lo que significa coaligarse – debería basarse en un estudio conjunto de los mapas electorales y de acuerdos sobre estrategias electorales que impliquen los menores conflictos entre los coaligados, y, en todo caso, que el tratamiento de estos conflictos se acuerde de antemano.
Si para poder tener el gobierno es necesario que éste sea plural, sus componentes  tienen que creérselo y esto no es posible si guerrean entre ellos y mantienen actitudes muy negativas entre sí. Hay todavía muchos votos a conquistar entre los abstencionistas de unos y de otros, sin necesidad de crecer sólo a costa de un coaligado.
Precisamente, en segundo lugar, la organización de un gobierno, sea de coalición o no, debería asegurar que los concejales tienen tiempo para conquistar esos votos. Votos, que no se van a conseguir por hacer una buena gestión de un área municipal o de la administración de que se trate, sino trabajando, en coordinación con el colectivo del partido, identificando a los votantes actuales y potenciales y acompañándolos y prestándoles servicios políticos, entre ellos ,ayudarles a priorizar sus intereses y responder a los mismos.
Para tener tiempo con el que trabajar políticamente, ningún político debe asumir la gestión de un área, sino que debe contar con un director profesional que la asuma bajo las directrices políticas del gobierno. Cabe también pensar en puestos de teniente de alcalde y político sin cartera, o que recibe la encomienda de un proyecto específico importante. Uno podría ser obtener un consenso de los ciudadanos sobre el futuro desarrollo del municipio, de acuerdo con las reglas del urbanismo de consenso.
Todas estas cuestiones, junto con los recursos para asesores, forman parte del pacto de coalición
La  negociación de la coalición, sin embargo, no puede limitarse a enunciar un programa conjunto y repartirse los puestos del gobierno de la administración o de los parlamentos y un número de puestos retribuidos.
Una buena preparación de esta negociación, requiere pensar de antemano y luego negociar algunas cosas más importantes:

ü      Definir de antemano los temas en los que no se está de acuerdo y qué comportamientos en estos casos no son contrarios a la coalición. Estas reglas deben hacerse públicas junto al acuerdo de la coalición.
ü      Las Departamentos o Concejalías no pueden estar encapsuladas. Hay demasiados temas transversales que no permiten que ciertas decisiones sean competencia exclusiva de una concejal. Estos temas deben identificarse y establecer reglas para las decisiones que tienen que ver con ellos. Por otro lado, no hay que olvidar que un miembro de un gobierno de coalición puede arrogarse el mérito de toda la acción de gobierno que favorezca a sus votantes, ya que la coalición es la que ha permitido sacar esas cosas adelante. Es tonto dejar que el alcalde capitalice toda la acción del gobierno y sus socios sólo aquello que gestionan directamente. Porque en cambio, recibimos la reacción negativa de nuestros votantes, por las acciones de nuestro socio, disonantes con nuestras propuestas o ideología.
ü      Diferenciar los temas que se saben cómo llevar a cabo, de aquellos que contienen tantas incógnitas/conflictos que deberían ser objeto de un tratamiento conjunto por todos los miembros de la coalición antes de convertirse en un programa operativo de un Area. Entre estos temas se encuentra la inmigración y algunos otros que no será difícil detectar. Un grupo de proyecto estratégico que llevara a cabo esta operación , debería estar formado por miembros de todos los partidos, así como por expertos y representantes de grupos de interés 

ü      Unas reglas de juego simples y claras deben establecer cómo se toman ciertas decisiones relevantes para todos, como las presupuestarias – incluida la transparencia que permita que todos comprendan los presupuestos y los nombramientos de cargos y cómo se usan los medios públicos de información – encuestas -  y comunicación – TV, radio y periódicos públicos y el acceso a los medios privados, de modo que nadie saque una ventaja indebida.








Una reflexión sobre la experiencia de la legislatura anterior – y también quizá una lectura de la literatura política al respecto – puede ayudar a completar estas observaciones sobre las cosas adicionales que tiene que incluir un pacto de coalición y que deben ser objeto de la preparación de la negociación.
Un aspecto que, en todo caso, no deberá faltar es acordar cómo se gestionará la coalición, o dicho de otra manera cómo se tratarán los conflictos que, necesariamente van a surgir. Un grupo formado por miembros de los partidos que forman la coalición, con características e inclinaciones como mediadores (“brokers”) debería ser un órgano permanente, con la misión de resolver productivamente estos conflictos.
Si la premura de los plazos no permite pactar todo esto con suficiente detalle, debería de alcanzarse un acuerdo de principio y seguir negociando hasta el detalle necesario antes de ponerse a andar en el gobierno.
También sería sensato ir pensando en un trabajo de creación de una cierta cultura común entre los socios del gobierno, si se quiere contribuir a que la coaliciones sean más maduras y estables.



lunes, 6 de julio de 2015

ORGANIZANDOSE PARA LA ACCIÓN POLÍTICA EFICAZ

UN CAMINO METODICO PARA REVITALIZAR ORGANIZACIONES LOCALES DE PARTIDOS/CREAR NUEVAS




Después de algo más de 30 años de régimen democrático en España, hay un marco de funcionamiento de las instituciones y los partidos políticos que para los efectos de este artículo puede describirse del siguiente modo:
Ø       
  • Unas muy malas prácticas en la dirección de los partidos, a la hora de reclutar, formar y promocionar a sus miembros. No se aprovechan las experiencias de buenas prácticas. Con demasiada frecuencia para acabar con las malas prácticas se recurre a salidas quirúrgicas.
  • Una crisis crecientemente evidente de la utilidad del marketing político orientado a la venta, que sirvió con éxito en la transición política a la democracia.
  • Desde hace algunos años, se va notando el avance de los síntomas de lo que venimos denominando la desafección política de los ciudadanos.
  • En la últimas elecciones el "voto suelto" de los partidos veteranos, como resultado de la desafección ha nutrido unos resultados apreciables de nuevos partidos, que ahora enfrentan la necesidad de encontrar nuevas vías de organización, que se aparten de los errores ya vividos.
  • Los "votos apalabrados", fruto de las coaliciones de los activistas/líderes políticos y los líderes de opinión de sus votantes, han mantenido buenos resultados en sus partidos







El camino metódico que se ofrece como superación de esta situación para evitar el estancamiento es resultado de las reflexiones sobre  experiencias  y se basa en:
Ø       

  •  Es posible construir una aproximación analítica a cómo la eficacia política (=la obtención de votos, fondos y voluntarios) en un municipio, es función de un conjunto de interacciones observables en la vida diaria entre los votantes, militantes, cuadros, dirigentes, cargos públicos, y directores de la administraciones. Estas interacciones las denominaremos prácticas.
  • Ø       La evaluación resultante de este análisis permite distinguir a las buenas de las malas prácticas.
  • Ø       La experiencia demuestra que los mejores resultados se consiguen cuando las interacciones revisten formas de redes sociales y menos de jerarquías.
  • Ø       Si los buenos prácticos – los equipos que practican buenas prácticas con las que obtienen buenos resultados – aprenden a reflexionar sobre su propia práctica, pueden contribuir al desarrollo de la eficacia de su partido, tanto afirmándose en sus buenas prácticas y no abandonándolas, como ayudando a otros equipos a que sustituyan sus malas prácticas por buenas, siempre que los buenos  adquieran los aprendizajes necesarios para ello.
  • Ø       Todos estos aprendizajes no tienen lugar bajo forma escolar, sino en el campo donde se ejecuta la práctica.
  • Ø       Estos procesos de mejora requieren una mejora sustancial de las interacciones protagonizadas por los líderes y dirigentes de la organización: en la complejidad que vivimos, deben ir desaprendiendo la dirección por control para irla sustituyendo  por una dirección y un liderazgo suficientes y comprometedores, animando las redes sociales partidarias, y esforzándose por empoderarse empoderando a otros.