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martes, 24 de octubre de 2017

LA NECESARIA METAMORFOSIS DEL SISTEMA POLÍTICO DE LAS IZQUIERDAS



 "CUANDO UN SISTEMA ES INCAPAZ DE RESOLVER SUS PROBLEMAS VITALES POR SÍ MISMO, SE DEGRADA, SE DESINTEGRA, A NO SER QUE ESTÉ EN CONDICIONES DE ORIGINAR UN METASISTEMA CAPAZ DE HACERLO, Y ENTONCES SE METAMORFOESEA….
“LO PROBABLE ES LA DESINTEGRACIÓN. LO IMPROBABLE, AUNQUE POSIBLE, LA METAMORFOSIS. ¿QUÉ ES UNA METAMORFOSIS? EL REINO ANIMAL APORTA EJEMPLOS. LA ORUGA QUE SE ENCIERRA EN UNA CRISÁLIDA COMIENZA ASÍ UN PROCESO DE AUTODESTRUCCIÓN Y AUTORRECONSTRUCCIÓN AL MISMO TIEMPO, ADOPTA LA FORMA DE LA MARIPOSA, DISTINTA A LA DE LA ORUGA, PERO SIGUE SIENDO ELLA MISMA….
“LA IDEA DE MEAMORFOSIS, MÁS RICA QUE LA DE REVOLUCIÓN, CONTIENE LA RADICALIDAD TRANSFORMADORA DE ÉSTA, PERO VINCULADA A LA CONSERVACIÓN  (DE LA VIDA, O DE LA HERENCIA DE LAS CULTURAS)…
(Edgar Morin, “Elogio de la metamorfosis”. EL PAIS, 17 de enero de 2.010







Las izquierdas cuentan en nuestro país con un número de  votos apreciable. Pero, excepto en ciertos lugares que tendrán que analizarse por si pueden sacarse consecuencias prácticas, aun no consiguen estabilizarlos y agruparlos para generar mayorías que permitan gobiernos estables.

Cada vez que uno o varios partidos en algún lugar llegan a coaligarse con líderes sociales de los votantes de izquierdas, se suelen conseguir esas mayorías. Pero, una y  otra vez, la incapacidad de coaligarse entre los líderes de los varios partidos de izquierda, o maniobras contradictorias de las jerarquías burocráticas, generan el descontento de los votantes que, frecuentemente se refugian en la abstención. De modo que lo que genera la insuficiencia de las izquierdas para conseguir más poder institucional –y social, también, está en los modos de organizar y dirigir sus fuerzas, al ser incapaces de alumbrar un paradigma postburocrático.

El sistema burocrático a superar enfatiza tres componentes negativos principales: unos líderes heroicos, unos programas ambiciosos de transformación (grandes qués con pocos cómos) y un clientelismo, sobre todo, de puestos de trabajo.
El “metasistema”(Morin) para ir produciendo la metamorfosis, tendrá que asegurar, al menos:
  • ·       Una dirección política consciente de los votos, voluntarios y fondos, que aseguren el acceso sin sobre saltos al poder institucional,
  • ·       merced a una reconstrucción de las redes sociales partidarias en tamaño e incidencia social,
  • ·       a impulsos de una comunicación en dos sentidos, que motive a votantes y voluntarios, al empoderarlos en una política de abajo arriba.


LIDERAZGO

Sin necesidad de debilitar los liderazgos heroicos y burocráticos, la metamorfosis irá teniendo lugar en la medida que se ejerza un nuevo liderazgo, un liderazgo suficiente que escuche y responda a la prioridades de los cuadros/bases del partido y los votantes, les preste apoyo para estimular la comunicación en dos sentidos entre ellos y negocie con ellos su contribución a los objetivos políticos: sus votos, su apoyo para ganar los votos de otros, su tiempo voluntario, sus aportaciones económicas, su feedback positivo y negativo.     

BUENAS PRÁCTICAS

De hecho, existen municipios, barrios, secciones electorales donde esta transformación ya ha tenido o está teniendo lugar: donde las mayorías son suficientes, las coaliciones son estables, las encuestas no amenazan, donde la sucesión de líderes se ha hecho sin que las situación sufriera.
En estos sitios, las interacciones dirigentes/cuadros/ mlitantes/líderes de opinión/votantes actuales y potenciales, producen buenos resultados. Estas interacciones pueden identificarse como buenas prácticas.






NUEVAS PRACTICAS DE DIRECCIÓN PARA RECONSTRUIR LA RED SOCIAL.

·       Evaluar resultados/comportamientos políticos por unidades subnacionales. Planificar los resultados a obtener y los cambios de comportamientos a producir, en cuanto a volumen, lugar y tiempo.

·       Pactar con los buenos prácticos:

Contribuciones de éstos: compromisos de votos –sobre todo autonómicos y estatales donde se obtienen mejores resultados locales -; aportación de sus buenas prácticas; ayuda para los aprendizajes de otros.

Compensación de la dirección: recursos de entrenamiento, aporte personal de la dirección, participación efectiva en decisiones políticas – priorizaciones, posicionamiento.

·       Impulsar los procesos de comunicación en dos sentidos y de elaboración/comunicación política de abajo/arriba – escuchar/responder – inmediato, esta legislatura, futuro.

·       Prestar especial cuidado en resolver productivamente los conflictos entre los diferentes estilos de liderazgo presentes. 

 De la reconstrucción de las redes partidarias tienen que venir los votos adicionales necesarios para conseguir unos resultados sostenibles.

Y de coaligarse las diferentes redes desde el nivel de barrio y hacia arriba, resultarán gobiernos estables y dominantes de las izquierdas.

Los procesos de metamorfosis requieren atención de la dirección, recursos económicos y humanos y sobre todo de tiempo que es difícil de estimar antes de empezar a experimentarla. Ahora, pues, no sabemos a qué plazo llegarán a tiempo las consecuencias positiva de la metamorfosis. Aunque sí sabemos que lo que se vaya haciendo es avanzar en un camino necesario, porque esos votos adicionales no van a ser consecuencia de enfatizar más los esfuerzos carismáticos y burocráticos. 









martes, 17 de octubre de 2017

PROYECTOS PERSONALES CONTRA PROYECTOS DE RESULTADOS/TAREA EN LA EFICACIA DE UNA ORGANIZACIÓN POLÍTICA





Ayer comí, como otras veces, con un viejo amigo, un veterano político local. Me ha ido explicando, con el valor que tiene lo vivido, la dinámica de funcionamiento de los dirigentes políticos en clave de asegurar la mayoría que le da el poder interno sobre la base de lealtades personales y los apoyos en la “cucaña burocrática” del partido. De esta manera, las estructuras y funcionamiento organizativo se explican por el desarrollo de proyectos personales, en perjuicio de proyectos de resultados/tarea políticos.
Este tipo de coaliciones, que pudieron ser estables en momentos en que una tendencia a mejorar resultados ofrecía muchas oportunidades en la “cucaña”, se tornan cada vez más inestables en un círculo vicioso en momentos en que las oportunidades de la “cucaña” se hacen más inseguras  y más limitadas.

Esta inestabilidad, sitúa a los dirigentes en una inseguridad y preocupación que acaba agotando todas sus energías. Entonces, no hay tiempo ni recursos suficientes para asumir la tarea que produzca mejora de los resultados. Para muchos dirigentes de éstos, hablar de la tarea primordial como noperder/ganar votantes, les suena a extraño, cuando no a peligroso.

Recuerdo a este respecto, lo que me dijo el secretario general de una agrupación importante en una ciudad grande, al leer mi libro “Como Ganar (y Perder) Votantes”: Entonces tú propones que hagamos en el exterior lo que hacemos en el interior. Y el tono con que lo decía traducía sorpresa, extrañeza y cierta sensación de peligro.




En cambio, he podido observar municipios en que un grupo político conserva su mayoría durante largo tiempo, cómo una red suficiente de activistas – no siempre/todos militantes – se ocupan de un modo permanente de identificar y acompañar a sus votantes actuales y potenciales.
Los dirigentes de estas organizaciones locales han descubierto en su práctica algo que se ha venido experimentando durante todo el siglo XX.
Las organizaciones de todo tipo alcanzan la eficacia cuando descubren la tarea que produce los resultados buscados y encuentran, entrenan y motivan personas para que la lleven a la práctica eficientemente. Lo que hacen estos dirigentes es dirigir bien.

Dirigir bien requiere hacer política y hacer buena política requiere dirigir




jueves, 12 de octubre de 2017

SOBRE PARTICIPACIÓN CIUDADANA



El término “participación ciudadana” se utiliza para etiquetar una gran variedad de posiciones tanto propositivas como prácticas, que en cada situación concreta requiere un debate político para aclarar y decidir qué se quiere decir y hacer cuando se usa tal etiqueta. Para que ese debate pueda darse, es oportuno que cada participante avance su visión de lo que quiere decir y hacer, para que sus hipótesis puedan dialogarse y debatirse para llegar a una decisión madura sobre lo que tiene que ir pasando.

Mis hipótesis

Avanzo, pues, aquí mi propia posición de lo que entiendo qué es la participación ciudadana y para qué sirve en la vida política actual. La considero como unas hipótesis para confrontar y enriquecer por el diálogo y el debate con otras.
Parto de una primera hipótesis sobre la profunda crisis que sufren los actuales sistemas burocráticos de gobierno/dirección, en su pretensión de control centralizado de una política de arriba abajo. Y la consiguiente necesidad de generar una política de abajo arriba para armonizar los gobiernos y las direcciones con la realidad.  
La política de abajo arriba no consiste en dar respuesta individual a demandas particulares de cada persona. Desde muy antiguo el clientelismo ha sido el nombre de esta práctica. Y más modernamente, los sistemas de quejas, sugerencia y reclamaciones han surgido como instrumentos para corregir las deficiencias de los servicios públicos en ejecución de las políticas aprobadas.
 En este sentido, una suma de ocurrencias individuales por medios digitales, si bien puede dar la imagen de unas preferencias colectivas, convendría fueran consecuencia de unas interacciones personales entre los ciudadanos, en entornos cuya comprensión puedan compartir – tejido social, confianza y liderazgos, comunidad – en cuyo contexto se vayan priorizando colectivamente las necesidades y la alternativas.
Una política de abajo arriba así generada tiene dos virtualidades muy relevantes en la vida pública:
·        Precisar mejor  la cualidad y la cantidad de las prestaciones públicas.
·        Dar oportunidad de coaligase maduramente con los votantes.
  

Lo lejos que estamos de esto


Tengo suficiente experiencia, y he vivido y visto experiencias de todo esto como para no ser consciente de lo lejos que se encuentran las instituciones en nuestro país de dar vía libre a que se vaya generando una política de abajo arriba. La política casi exclusivamente se diseño y aplica de arriba abajo.
Las mejores experiencias pueden observarse en municipios pequeños y medianos  casi no más que un barrio. En los municipios grandes, las unidades de las que se parte –los distritos- son demasiado grandes y heterogéneos para que la interacción para la participación tenga lugar. Con frecuencia la “participación” tiene lugar por medio de artefactos formales, que tienen por objeto legitimar la autoridad burocrática. Lo que no impide que, a veces, ante problemas agudos, los ciudadanos no creen sus propias asociaciones para luchar por resolver sus problemas.
Cuando los ciudadanos espontáneamente crean sus asociaciones de defensa se dan condiciones que se acercan a la participación, y en lugares donde esta defensa se ha dado necesariamente durante bastante tiempo es posible que se hayan creado hábitos que resisten después de esa necesidad.
Lo que no suele haber – a pesar de rótulos de concejalías y departamentos – es esfuerzos continuados y sistemáticos para fomentar las interacciones entre los ciudadanos para compartir la visión de la realidad y priorizar necesidades y alternativas, y para apoyar el desarrollo de asociaciones sin pretender controlarlas.
Los políticos locales dedican casi todo su tiempo a asumir la dirección operativa de la administración y muy poco al liderazgo ciudadano – organización de barrios, participación.
Y por otra parte, los militantes de los partidos políticos están desmovilizados de una tarea de interacción, educación y coalición con sus votantes.  

Una vía alternativa
La dirección operativa de las instituciones puede y debe ser encomendado a directores profesionales, enmarcados en sistemas de gobierno, como los presupuestos funcionales analíticos programados y proyectos estratégicos, liberando así tiempo de los cargos públicos.
Los cargos públicos, los ejecutivos  y los militantes/activistas de los partidos, deberían asumir la tarea de estructurar barrios – unidades no mayores de 10.000/15.000 electores - y comunidades de votantes, en cuyo seno identificar cuestiones problemáticas y generar liderazgos sociales. Contar con líderes de opinión y líderes sociales es crucial para el desarrollo de la participación ciudadana, en la que no cabe pensar que jueguen la mayoría de los ciudadanos directamente.
Una política de abajo arriba, se puede ir generando en cada barrio, si se parte de registrar lo que la gente ve como positivo/negativo para su calidad de vida y se da sentido a estas manifestaciones, dado lugar a una declaración de “El barrio que vivimos” como instrumento para compartir la visión. De aquí puede oponerse “El barrio que queremos” como base para un plan estratégico de barrio. Encontrar la armonización entre estos planes de barrio e unidades mayores – distrito, municipio –pone en marcha la política de abajo arriba, o la planificación participativa.

Un instrumento operativo
La Técnica del Grupo Nominal contribuye a socializar los intereses de los ciudadanos, evitando los efectos perversos de la dinámica de grupo. Se aplica a grupos no mayores de doce personas. A estas personas no se les va a pedir más de unas dos horas de su tiempo, sin perjuicio de que pueda dárseles información de los resultados de otros grupos distintos al suyo.
La TGN puede servir para identificar problemas, para explorar soluciones alternativas y para establecer prioridades. Es una técnica especialmente útil cuando existe el riesgo de que algunos miembros del grupo puedan influir en los demás con su elocuencia y/o cuando resulta conveniente minimizar las diferencias de status entre los integrantes del grupo. En cambio, no es recomendable para un simple intercambio de información, para negociar o para decidir una política
En sesiones de este tipo, se entrena a los ciudadanos en expresar sus intereses, escuchar los intereses de otros, y priorizar los colectivamente.
Un reglamento [1]muy estricto en su aplicación por el animador de la reunión, facilita la expresión individual, la escucha, la comprensión de las posiciones y la priorización colectiva.
Una docena de estos grupos por barrio, ponen en marcha a más personas de las que es habitual, y sus manifestaciones tienen una gran fiabilidad.





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[1]Un ejemplar de esta metodología, experimentada en nuestro país y otros, está  a disposición de quien me lo pida.