Estos entrenamientos derivan del trabajo realizado por el grupo de Facebook "Nuevos Liderazgos Activistas para la Democracia" y se recogen bajo el título Introducción al arte del Activista/Líder político
I
La
práctica política tiene que ver con el empleo del poder para
conseguir bienes colectivos. A diferencia de las personas corrientes,
los líderes tienen que comprender el juego del poder en la sociedad,
cómo se genera, se adquiere, se mantiene y se pierde.
La
práctica política es un conjunto de maneras de hacer – de
interaccionar con personas y grupos que influyen en los resultados –
que sólo la experiencia ha podido demostrar que son buenas. No están
escritas en ninguna parte y los que las han experimentado, la mayoría
de las veces no tienen constancia clara de la causalidad entre las
prácticas y los resultados. Se trata de comportamientos que tienen
la lógica del “caso singular”, en cuya realización influyen
muchas variables interrelacionadas que solo pueden ser captadas por
un aprendizaje que produzca la reflexión sobre la misma situación
práctica. La capacitación en práctica política no tiene mucho que
ver con la formación académica en ciencias políticas, como suelen
comprobar sus licenciados.
Esas
maneras de hacer las han experimentado aquellos políticos que han
conseguido la confianza mayoritaria de sus electores, aquellos que,
en sucesivas elecciones, consiguen renovar su capacidad de
representar satisfactoriamente los intereses de sus votantes, y los
que , al frente de las instituciones democráticas saben responder a
esos intereses también satisfactoriamente. Cuando se consiguen estos
resultados el protagonista y, por consiguiente, quien puede acumular
estas experiencia suelen ser grupos de personas que junto a un líder
nominal – presidente, alcalde – ocupan posiciones de concejales,
directores, cuadros de partido asesores que han apoyado a los cargos
públicos aportándoles políticas, entrenamientos y dirección de
campañas.
II
“El
poder es la capacidad de afectar la conducta de los individuos a
través del uso real, o su amenaza, de recompensas o castigos. El
poder se ejerce sobre individuos o grupos por la oferta de algunas
cosas que valoran o por la amenaza de privarlos de estas cosas. Estos
valores son la base del poder”.
En
cualquier situación social esto puede suceder. La política como
consecuencia de juegos de poder, pues, se puede encontrar en todo
entorno social, públicos y privados - y no se reduce a su presencia
en entornos públicos especializados, que entendemos como políticos.
Es especialmente relevante tenerlo en cuenta por parte de los
líderes, porque así pueden desarrollar su capacidad para
identificar el poder de formas variadas, y estar más atento a las
maneras de como se gana o de pierde.
“El
poder es una relación entre individuos, grupos e instituciones en
nuestra sociedad. El poder realmente no es una “cosa” que un
individuo posee. Más bien, el poder es una relación en el que
algunos individuos o grupos tienen el control sobre ciertos recursos”
que son valiosos para otros.
Todo
entorno que sea una manifestación de vida social puede ser útil
para desarrollar las capacidades de identificar los valores y las
conductas que pueden satisfacerlos/no – las buenas y malas
prácticas.
III
El
buen aprendizaje de buenas prácticas para que se mantenga requiere
ejercitarse sobre un entorno suficientemente acotado como para
registrar y evaluar sus resultados de modo suficientemente preciso.
El contacto
directo personal activista/votante
sería, pues, el marco adecuado para estos registros y evaluaciones.
Dado, por otra parte, que la traducción de los resultados políticos
a poder institucional dependen de números relativamente importantes
de ciudadanos, será muy relevante para ellos la capacidad de
coaligar números de activistas con fines comunes. De ahí que el
activista/líder político habrá que entrenar
sus prácticas para constituir grupos con otros activistas que tengan
valores similares.
Estos grupos pueden constituirse en el seno de secciones electorales,
barrios, distritos, municipios, como unidades de las que se mantienen
registros de resultados.
El
activista/líder político necesita tener claro cuál es su
papel con relación a posible líderes sociales que conducen
actuaciones de ciudadanos alrededor de problemas o necesidades
comunes.
Una buena arquitectura política se logra cuando el líder político
interviene en armonizar los diferentes intereses de grupos de
ciudadanos, estimulando y apoyando el surgimiento de líderes
sociales particulares a los que se apoya acerca de las instituciones.
Ambos tipos de líderes – el social y el político – tienen que
coaligarse no tanto en palabras cuanto en un trabajo en común sobre
proyectos específicos que mejoran la calidad de vida de grupos de
votantes.
IV
En
otras entradas de este mismo blog y en algunas del grupo de Facebook
“Nuevos Liderazgos Activistas para la Democracia”, se ha dedicado
atención de dos grandes colecciones de prácticas como son escuchar
antes de hablar e identificar votantes actuales y potenciales
y sus líderes de opinión en el camino de constituir comunidades de
votantes.
Esta
es la razón, por la que aquí nos vamos a limitar a dejar constancia
de ellas, y remitir a las fuentes citadas.
V
De
este modo, en un ámbito local se produce al presencia de variados
tipos de personas interesadas por la política activa, normalmente
sin una coincidencia de esos intereses.
El
activista/líder político que prefiere autogobernarse con sus
valores y al servicio de sus votantes, más que depender
subordinadamente de una disciplina de partido. Puede negociar y
pactar colaboraciones con partidos/ candidatos con valores similares.
La
agrupación de activistas que hemos señalado más arriba puede tener
también un papel interesante en los entrenamientos de prácticas si
así se lo proponen.
Y
los buenos prácticos veteranos, sea cual sea su situación con
respecto a su partido de origen , podrían ocupar un papel central en
la organización de entrenamientos,siempre que estén dispuestos a
aprender a convertirse en entrenadores.
Grupos
de coalición activistas/entrenadores puede ser un elemento de
revitalización de fuerzas progresistas.