jueves, 15 de junio de 2023
OBSERVACIONES PARA MEJORAR LA EFICACIA DEL "MODO CAMPAÑA"
Puede servir para complementar las reflexiones de la entrada anterior, la siguiente nota del consultor.
Esta nota, está dirigida a la dirección de la agrupación de un partido, escrita
y discutida en la primavera del año anterior a las elecciones del 2.015. Por
razones fáciles de imaginar, la reconquista no se produjo.
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AGRUPACION MUNICIPAL XXXX DE YYY
Proyecto de Arranque de la Campaña Electoral para la
Reconquista Sostenible de la Ciudad de YYY
Nota de Trabajo nº13 (24-26/04/2.014)
Para mejorar la eficacia del “modo campaña”. Observaciones
No había oído nunca esta expresión de ponerse en “modo campaña”. Y me ha sorprendido
gratamente la capacidad de ZZZ - el secretario general - de titular situaciones
de un modo estimulante para la acción - como en el caso de considerar a las
europeas como “meta volante” de las autonómicas y municipales de 2.0115,
introduciendo así de un modo asequible la noción de campaña permanente.
Pero lo que he observado estas dos semanas, me ha generado el temor de que, si no se
mejora a la vez la organización y la dirección, la Agrupación de YYY se vaya a
quedar lejos de los objetivos pretendidos. La falta de práctica en preparar y
definir previamente la tarea es un cuello de botella para las pretendidas
potencialidades del “modo campaña”. Hay que preparar la tarea, definiendo mejor
el “qué” y explicando y entrenando en los “cómos” – protocolos y sesiones de
entrenamiento a cargo de los que saben hacerlo No se puede limitarse a reunir a
la gente y trasmitirles una voluntad, un objetivo general y la espera de que
serán capaces de inventar la manera de hacerlo.
Hay problemas de motivación quehay resolver y que la mayor parte de los actores no sabe hacer, como no saben
hacer lo que se les pide y no saben cómo aprenderlo solos. Si la dirección no
hace esta preparación estaremos poniendo acciones solo sobre el papel. Y como la
dirección no tiene tiempo de hacerlo sola debe buscar el concurso de personas
que lo saben hacer y darle el papel relevante que les corresponde. Hacer este
grupo no es repetir el grupo canónico del Comité de Campaña, que juega a nivel
de gestión, sino ampliar los recursos de la dirección en movilizar recursos para
coaligarse con los votantes y sus líderes, gente que sabe hacerlo y motivarle
para que lo haga. (Tenemos algunos ejemplos y, supongo, algunos más-, pero no
son suficientes).
En campaña no se puede trabajar en serie sino en paralelo. No
se trata de ejecutar procesos con tareas una detrás de otra, sino componer
tareas distintas que tienen que ver con lo que se trata de producir: unos
votantes comprometidos y unos activistas movilizados y entrenados. En este
sentido campaña y proyecto son dos palabras que en la política pueden tener el
mismo significado y contenido. El “modo campaña” es el “modo proyecto.” No hay
tiempo para organizar las secciones electorales y barrios, conseguir y entrenar
interventores para las mesas electorales, llevar a cabo la campaña telefónica,
recoger historias de los activistas y los votantes, identificar líderes de los
votantes, poner en marcha operaciones de acción directa con ellos, motivar a los
alejados y a los acomodados a que dediquen su mejor tiempo, entrenar para las
nuevas tareas, aumentar el contacto personal con los votantes y sus líderes,
preparar actos públicos. No hay tiempo si trabajamos en serie. Pero muchas de
estas tareas se pueden ejecutar más eficazmente si se llevan a cabo
simultáneamente, poniendo el énfasis en activar, entrenar y apoyar a la red de
personas que pueden llevarlas a cabo. Una red que activada por una dirección que
debe irse ampliando con las personas que se vayan comprometiendo con activar un
nódulo de la red – barrios -, pasa por el grupo municipal, la ejecutiva, los
secretarios generales y ejecutivas de distrito, y los coordinadores de barrio y
sección electoral. Todos estos activadores de la red, deben asumir la ejecución
de todas las tareas mencionadas arriba con el apoyo que la dirección puede
prestarles. Una parte importante de este apoyo vendrá de la movilización de
personas que dominan alguna de las tareas y que deben incorporarse al equipo de
dirección.
El contacto directo Merece una especial consideración la tarea del
contacto directo del secretario general/candidato que anteriormente ha agotado
su tiempo. Ahora no tiene ningún sentido este contacto directo, si se exceptúa
el contacto con personas que pueden ser grandes donantes. Hay que esforzarse
porque esos contactos puedan ser ejecutados por los miembros de la red, que
podrán aprovecharlos de un modo permanente, porque están en situación de
mantenerlos continuadamente. Los contactos del secretario general más
fructíferos serán los llevados a cabo con las personas que pueden activar la
red, es decir esa cadena que hemos mencionado más arriba. Estos contactos deben
servir para escucharles, acordar objetivos, definir la tarea, entrenarles en lo
posible directamente o con el concurso de otros recursos a su disposición.
Motivación de la red
Para hacer todo esto, hace falta poner en marcha un
entrenamiento práctico sobre el terreno con el concurso de las personas que ya
saben hacer cada cosa. Pero sobre todo, la carencia más importante es la
motivación, que las personas con las que se tiene que contar quieran comprometer
sus esfuerzos en hacerlo. Contar con las personas que saben hacer las cosas para
que entrenen a los otros, puede ser un estímulo motivador para ellas. Pero el
impulso de motivación más importante tiene que venir de transformar las “misas
conventuales”, en lugares de deliberación y decisión política, al estilo de lo
que se ha empezado a ensayar, con diversa suerte, en las asambleas del Este y
del Oeste. Hay que desmontar el andamiaje defensivo montado para las ejecutivas,
comités y asambleas, y lanzar con la práctica el mensaje que la dirección quiere
empoderar políticamente a los militantes, y poner en marcha acciones directas
sobre problemas sentidos por los votantes, empoderando a sus líderes. Miembros
de la ejecutiva y del grupo municipal deberían trabajar con el secretario
general para avanzar lo más posible en esta línea, intentando con su reclamo
recuperar la ilusión y la presencia de militantes interesados por la política en
que pueden intervenir eficazmente, y no en debates fuera de su alcance.
¿Cuándo?
AHORA. En estos tres próximos meses, debería a acabarse el proyecto de arranque
– puesta en marcha de los barrios y de “el barrio que vivimos”- y ejecutar la
preparación, la estrategia (más coaligadora que sembradora), la planificación
(proyecto de campaña y fondos), y la organización de la campaña. De este modo, a
partir de setiembre se podrá poner en marcha la operación “el barrio que
queremos” a medida de que se llegue a acuerdos con los líderes de los votantes.
Estos acuerdos vendrán reforzados por las acciones directas sobre problemas
inmediatos cuyo programa debería quedar definido en parte sustancial en esto
próximos meses. Y los órganos formales, remozados en su funcionamiento por la
operación de superación de las “misas conventuales”, podrán afrontar la
elaboración y decisión de una normativa para aprobar los manifiestos electorales
para la campaña municipal de 2.015. En estos tres próximos meses, se debe, pues,
avanzar en la motivación, definición de la tarea, entrenamiento de la red
partidaria de activistas, y de la dirección consciente de todo esto. Si las
elecciones europeas salen bien aportarán un empuje formidable a todo esto. En
cambio, si no salen tan bien, los cambios de interacciones producidos,
compensarán, en alguna parte, las frustraciones de los que hayan estado
involucrados en este proyecto que ya se ha anunciado desde el principio que no
es a corto plazo. Esta es una “meta volante”, ni más ni menos.
Por supuesto,
para hacerlo habrá que contar con el efecto dispersador de las iniciativas
regional y federal, pero si se pone empeño en ello, puede ser que sea pequeño.
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