Hace unos
días, en una reunión de cargos públicos en oposición
de un ayuntamiento, al presentar una propuesta de proyecto de arranque para
la campaña – una versión operativa de los planteamientos del libro COMO GANAR
(Y PERDER) VOTANTES – sostuve un discusión con uno de los cargos públicos, profesor
universitario, o él la sostuvo conmigo.
Mostró su
desacuerdo con la propuesta, acusándola de tener en cuenta muy pocas variables
de la situación, y que, al no tener en cuenta demasiadas variables existentes,
no podía dar buenos resultados.
Mi
respuesta fue que no pretendía dar
una clase, sino proponer una acción. Y
que para la acción cuentan pocas variables, a diferencia de las que se usan
para describirla en un ámbito académico.
Nunca
había vivido tan claramente una manifestación de lo que podemos etiquetar como
la mala práctica de la “parálisis por el análisis” en la acción política.
Y en este
período de obligada no actividad después de las fiestas, esta anécdota me ha
ayudado a evocar materiales antiguos que hoy pueden servir para avanzar en el
diseño de procesos para sustituir malas
por buenas prácticas.
El
primero de estos materiales es la entrada que inauguraba este blog hace cuatro
años
JUEVES, 21 DE ENERO DE 2010
La política es sobre
todo un conjunto de prácticas de interacción entre los actores que, de
cualquier modo intervienen en la misma. Es especialmente relevante para los
resultados de una política, factores como: si la interacción implica una comunicación
en dos sentidos o únicamente un solo sentido; si uno de los actores actúa como
si sólo fuera importante lo que él piense y el papel de los demás es únicamente
de ejecución de su pensamiento - jerarquía -, o, si por el contrario, tanto el
pensamiento como la ejecución se consideran como papel de todos - red. Probablemente, la desafección política que
vivimos deriva de cómo se conciban y ejecuten estas interacciones.
Vivimos hoy muchos
conflictos en las organizaciones políticas derivados de esta mentalidad y
prácticas autoritario-burocráticas de dirección. Como consecuencia de estos
conflictos, las organizaciones han perdido activistas a favor de “intelectuales
orgánicos” que prefieren analizar muchas variables y no actuar.
En segundo lugar, la
distinción entre aprender para comprender y aprender para actuar, me ha evocado
un libro de 1.976, del maestro Cris Argyris (Harward, Yale), muerto en
noviembre del año pasado, a los 90 años.
Se trata de
INCREASING LEADERSHIP EFFECTIVENESS- editado por John Wiley & Sons, N.Y-
que relata uno de sus primeros experimentos en la mejora de la eficacia de
líderes organizativos, que después le llevaría a ir desarrollando, lo que vino
a llamar la “Action Science
“El primero es hacer
una contribución a los principios de una teoria de lo que podría llamarse
aprendizaje en doble bucle: aprendizaje para cambiar los valores y presunciones
subyacentes. Esto significa que el foco se centra en problemas cuya
definiciones no están claras cuando uno comienza a resolverlos y pueden cambar
a medida que la solución del problema avanza, y en problemas que son altamente
complejo y mal estructurados, que existen durante largos períodos de tiempo y
son centrales para las vidas de los adultos.”
Resulta muy interesante
el siguiente párrafo si incluimos entre las instituciones problemáticas las
organizaciones políticas de nuestro país.
“Los adultos se
encargan del mantenimiento de la sociedad y la cultura, especialmente de sus
organizaciones e instituciones. En otras ocasiones he intentado mostrar que, a
causa de los modos en que negocios, escuelas, iglesias, unidades
gubernamentales, sindicatos, organizaciones de música y drama están diseñadas y
dirigidas, están (y continuarán) deteriorándose (Argyris, 1964, 1970, 1973,
1974). Han llegado ya al estadio en el que producen información válida para
problemas no importantes, e información inválida para problemas importantes. No
es sorprendente, por consiguiente conocer que, por primera vez en décadas, la
gente duda y desconfía de la eficacia de las organizaciones (Argyris, 1973).
Los adultos son responsables por este problema, especialmente los de la
cúspide.”
En otro momento entraremos en el segundo
objetivo que se plantea Argyris al
relacionar el aprendizaje en doble bucle con una teoría de la eficacia del
liderazgo, que tiene que ver con lo que venimos discutiendo sobre la
transformación de malas en buenas prácticas, a partir de las teorías prácticas
de acción en uso, que gobiernan la acción práctica.
El tercer objetivo
se relaciona con la anécdota que da pie a esta entrada. “Desarrollar un entorno
de aprendizaje que ayude a la gente a descubrir sus actuales teorías de acción
y descongelarlas, y que les ayude a aprender
una nueva teoría que puede ayudar a detener y finalmente revertir los problemas
apuntados más arriba.
Propone un cambio
importante del diseño de la formación en profesiones que tienen que ver con la
interacción en la práctica. “Lo que la gente define y acepta como
descubrimiento válido y como un aprendizaje relevante varía dramáticamente si
conoce que el objetivo de la experiencia educativa es el aprendizaje
conceptual, que si el objetivo incluye la aplicación práctica de los conceptos
a aprender.”
“Lo mismo, creo, que
es cierto para la investigación. El diseño es diferente en orden a tomar
seriamente los requerimientos de la aplicabilidad.”
“El conocimiento
generado por la investigación cuyos objetivos comprenden el descubrimiento y la
comprensión puede ser diferente e inadecuado comparado con el conocimiento
generado cuando los objetivo incluyen la efectiva ejecución de lo que se ha
aprendido.”
“Además los
criterios de rigor, exactitud y precisión pueden también ser diferentes. Por
ejemplo, ambas perspectivas valoran los planteamientos públicamente
verificables (planteamientos que son disconfirmables). Ambas valoran la
especificación de los mecanismos por los que los eventos tienen lugar. Pero la
forma y precisión de la especificación pueden ser muy diferentes. Si informar
de la realización viene a ser un criterio, podemos encontrar que la precisión
que permite decir que la relación entre X e Y es curvilineal puede actualmente
ser demasiada información que dar a un
actor. Si el actor toma la generalización seriamente e intenta apreciar, en un
determinado momento, dónde está en la curva, podría verosimilmente quedar
absorbido por el aprendizaje y ser incapaz de actuar dentro de los
requerimientos de la situación. La
producción de conocimiento para describir el mundo y la producción de
conocimiento para describir cómo alterar o cambiar el mundo pueden requerir
diferentes tecnologías y conceptos de rigor. Las teorías de acción pueden
ser precisas pero descuidadas.”
Una buena parte de
los estudios y las formaciones que tienen lugar en los partidos políticos están
lejos de una perspectiva que Argyris y su colega Schön denominan, “perspectiva de la teoría de acción”.
“Examinamos la realidad desde el punto de vista del ser humano como un actor”. Es
esta la trampa en que la burocratización ha metido a las instituciones,
condenándolas a la inoperancia frente al statu quo.
Vamos a dedicar otras entradas a la revisión de los métodos de formación en la política, y de los métodos de elaborar/comunicar las políticas, desde esta perspectiva de la ciencia de la acción, en el desarrollo práctico del activismo/liderazgo político.
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Y dos notas finales:
·
cualquier libro de Argyris y
Schön es digno de leerse por la gran cantidad de investigación estimulante
que contiene para personas interesadas en cambiar el estado de las cosas.
Google contiene buena información al respecto.
·
Tendría interés en relacionarme con personas que vengan
trabajando en la práctica de la “action science” para intercambiar experiencias.
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