ENTRENAMIENTO EN BUENAS PRACTICAS DE LIDERAZGO/MAESTRIA DE LA
DIRECCIÓN
UN
FORMATO DE ASISTENCIA TECNICA Y POLÍTICA PARA DIRECTORES
“Después de años de búsqueda del Santo
Grial, es hora de reconocer que dirigir ni es una ciencia ni es una profesión;
es una práctica, que se aprende
primariamente a través de la experiencia y está enraizada en un contexto.
Poniendo juntos una gran cantidad de
artesanía con el toque correcto de arte, al
lado de un poco de uso de ciencia, terminamos en una ocupación que es sobre
todo una práctica.
No hay “one best way”
para dirigir; depende de la situación
“Se ha convertido en
moda distinguir líderes de managers. Francamente, no comprendo que significa
esta distinción en el día a día de las organizaciones Seguro que podemos
separar liderar de dirigir conceptualmente. Pero ¿podemos separarlos en la
práctica? O incluso más ¿deberíamos intentarlo?
¿Cómo
querríamos ser dirigidos por alguien que no lidera? Sería muy desalentador.
Bien, entonces, ¿por qué querrías ser liderado por alguien que no dirige?.Esto
podría ser terriblemente desconectado: cómo tales líderes van a conocer “lo que
está pasando”?
El liderazgo no puede
delegar el management. En lugar de distinguir managers de líderes, deberíamos
ver a los managers como líderes y al liderazgo como un management bien
practicado.”
(MANAGING (2.009), de
Henry Mintzberg, editado por BK Publishers, Inc, San Francisco, CA)
Al
mismo tiempo que se acepta que dirigir es una práctica, enraizada en un
contexto que se aprende con la experiencia, se va constatando las limitaciones
que tiene para ello, la formación puramente intelectual, que acumula una gran
cantidad de consignas en forma de “qués”, pero puede aportar muy pocos “cómos”
operativos. Y al mismo tiempo, las razones de queja de los directores cuando un
consultor ha llevado a cabo un estudio concienzudo de la situación y le ha
sometido una gran cantidad de consignas de actuación; pero no está allí a la
hora de llevarlas a la práctica.
El
funcionamiento de una organización está formado por una sucesión de eventos, de
modo que si se quiere mejorarlo será necesario captar en cada momento cómo
tienen lugar y deducir de su dominio y consideración, qué habría que hacer
concretamente para que los resultados fueran los deseados, en lugar de los
indeseados actuales.
En
el campo de las operaciones, lo que pasa no se presenta en forma de categorías
analíticas (racional, emocional, tareas, personas, poder,…) sino como una
sucesión de acontecimientos que tienen lugar en el tiempo, en relación de
causalidad con los resultados que pretenden los actores de cada situación, y en
cuyo devenir se mezclan todas las categorías analíticas.
Las
enseñanzas solo intelectuales de métodos de dirección o liderazgo y las
consignas sobre cambios, todo ello con muchos “qués” y pocos “cómos” son la
causa de la frecuente incongruencia entre lo que se dice y lo que se hace en la
dirección de muchas organizaciones.
En
un sentido general, las ciencias sociales van evolucionando hacia el empleo de
metodologías de análisis narrativo, como maneras de captar la realidad de lo
que pasa, e ir abandonando el análisis conceptual sobre categorías
abstractas.
.o.o.o.o.o.
Por
ello, el método de aprendizaje de dirigir es el entrenamiento, es decir el
ejercicio de las prácticas con la ayuda de un entrenador que aporta reflexión
sobre la práctica, hasta tanto el entrenado es capaz de llevar a cabo esa
reflexión por su cuenta. Si bien, teniendo en cuenta los ataques a la autoestima
que puede suponer algunas situaciones y la novedad en la problemática que puede
darse en la historia de la organización es prudente pensar en un
reentrenamiento permanente, en lapsus variables de tiempo, según cada caso.
El
entrenamiento que aquí se propone puede dirigirse según convenga, tanto a
procurar un aprendizaje de buenas prácticas de liderazgo de personas, grupos y
organizaciones, como a fomentar el dominio de la maestría (en el sentido
artesanal) de la dirección, como práctica de los roles que demanda cada
situación.
Parte de una reflexión sobre la práctica del día a día del
director, de modo que el contexto en que tiene lugar su acción se tenga bien en cuenta. Y trata los problemas que en cada momento
se sienten como tales, tanto con las pesonas como con las tareas; y con las
relaciones entre las personas y entre las tareas y entre ambos conjuntos,
personas tareas. En el entrenamiento se
experimentarán soluciones a los problemas, así como disposiciones para que en
un futuro los problemas no se planteen, o su presencia se detecte con
antelación, o se cuente ya con soluciones ya experimentadas. Estas
determinaciones tendrán que ver tanto con cada actor y su desarrollo (diario,
“indagación aguas arriba”, proyectos de desarrollo personal, ejercicios de la
columna izquierda, “check-in/check-out” de reuniones,…) como con el desarrollo
de las tareas (orientación al entorno, evaluación y programación,
digitalización, diseño de puestos…)
Teniendo en cuenta el liderazgo que otorga acodar metas en
común, definir la tarea eficaz y entrenar a los actores en su desempeño, una
buena parte del entrenamiento,se ocupará de desarrollar las capacidades del
líder/director en el empoderamiento/entrenamiento de sus colaboradores. De modo
que el entrenamiento de ellos no necesite de ayuda externa, en todo caso, no
más allá del entrenamiento del equipo directivo, que asume el entrenamiento de
la organización.
..o.o.o.o.o
El
formato que proponemos contiene
actuaciones de asesoramiento y entrenamiento personal – a través de entrevistas
personales y online; formación y entrenamiento en grupo – en encuentros
presenciales y online; y guías técnicas en documentos periódicos.
Este
sería el diseño standard del formato, que puede ser acomodado a necesidades
particulares:
1.-
Presencia in situ
El
consultor estará presente en la localidad y locales de cada cliente, hasta
media o una jornada todos los meses. En ese tiempo podrán llevarse a cabo
entrevistas personales y reuniones sobre el objeto de la asistencia acordada.
Asimismo,
y a partir de la primera presencia, se
irán perfilando los problemas/soluciones que van a ser objeto del trabajo que
se va a ir realizando.
2.-
Conversaciones online
Cada
semana, o cada dos semanas, el consultor estará a la disposición del director
para mantener una conversación telefónica u online sobre los temas del interés
de éste, hasta un tiempo entre 1/2 horas.
En
estas conversaciones se establecerá también el temario de las reuniones online,
de las que tratamos a continuación.
3.-
Reuniones online
Cada
dos semanas, el consultor animará una reunión online del grupo que decida el director,
en la que podrán tratarse problemas concretos – que, en lo posible, deberían
avanzarse previamente – y dar oportunidad a la formación que se
considere necesaria. Esa reunión ocupara entre una y dos horas de tiempo.
4.-
Documentación
Todas
las semanas el consultor elaborará y someterá un documento que puede tener que
ver con los problemas soluciones/ tratados, con necesidades de formación
reconocidas, o con novedades políticas y normativas que haya lugar. El
documento tendrá una extensión de alrededor de 2 páginas, pudiendo ampliarse si
algo lo aconseja. De este modo, en el tiempo se puede completar un conjunto de
consignas de acción, mucho más ajustadas a la realidad, que con estudios
previos.
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