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martes, 31 de marzo de 2015

ALGUNAS COSAS QUE PUEDEN HACERSE EN UNA CAMPAÑA ELECTORAL PARA NO GANAR/PERDER VOTANTES









Es fácil observar cómo algunos partidos, en sus campañas electorales,  se empeñan en no ganar/ perder votantes.

Por ejemplo,

·        no conociendo, o no queriendo conocer, cómo se ganan y se pierden los votantes;
·        enfatizando al candidato – local, autonómico o estatal – como líder heroico o hiperlider, sin prestar atención a la capacidad de coalición con los votantes, de otros miembros de la candidatura y activistas/líderes políticos del partido;
·        tampoco prestar atención suficiente a los influyentes- líderes de opinión- de los votantes actuales y potenciales.
·        y en ese sentido, creer en el valor taumatúrgico de contactos puntuales del hiperlider;
·        hacer la “venta” de un gobierno actual y/o futuro como pauta de comunicación política;
·        dar predominio a la comunicación unidireccional;
·        manejar programas electorales como si fueran tesis de un opositor concienzudo;
·        hacer campañas cortas;
·        no ser consciente de que muchos de los recursos que nos dan los resultados a corto plazo, dependen de un proyecto de su desarrollo a medio plazo.




Estas prácticas ineficaces, convertidas en ritos por la repetición no reflexionada de prácticas que fueron eficaces en otros momentos, pueden sustituirse por otras buenas prácticas. Y este puede ser un buen momento para empezar a hacerlo.




Próximamente convocaré sesiones on line sobre esto. 



lunes, 30 de marzo de 2015

ESTRATEGIA BARRIO A BARRIO




Desde el punto de vista de la potencia política de un partido minoritario en la oposición no es lo mismo contar con un número de votos dispersos entre todos los barrios de una ciudad, que ese mismo número de votos concentrados en un barrio.

Dominar un barrio, quiere decir que se ha conseguido coaligarse con una mayoría de influyentes - o lideres de opinión - de los votantes y se puede robustecer la coalición con acuerdos sobre proyectos estratégicos para el barrio. Que eso garantiza que podremos seguir creciendo en votos en ese mismo barrio. Y que hemos aprendido a insertarnos socialmente, y a coaligarnos con los influyentes. Ahora ese aprendizaje se puede aplicar en otro(s) barrio(s).

Y en la dialéctica oposición gobierno, contar con una estrategia consensuada para el barrio, da al partido minoritario una posición de alternativa de gobierno con una posibilidad de presión pública mayor.

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En breve, convocare sesiones on line para discutir sobre esto. 

miércoles, 18 de marzo de 2015

ENTRENÁNDOSE EN EL ARTE DEL ACTIVISMO/LIDERAZGO POLÍTICO





El Arte del Activista/Líder Político radica en sus prácticas de ir conversando para coaligarse. No son éstas unas prácticas que se adquieren de una vez para siempre, porque las interacciones dentro de las que tienen lugar suelen variar a lo largo de los procesos de decisión de votantes, donantes y voluntarios. 

No se trata, pues, de aprenderse un manual o un reglamento de juego – como sucede igualmente en la práctica del deporte. El buen arte, depende del grado de entrenamiento que mantiene en el activista/líder su interés por los demás, su capacidad de preguntar y escuchar, y de proponer hacer juntos algo que hace que, para los interlocutores, el mañana sea mejor que ayer. O sea, coaligarse.

Las interacciones en que el activista se mueve, pueden afectar a su autoestima y poner en causa su capacidad para liderar situaciones. Por eso, no es aconsejable dejar el ejercicio de las conversaciones para coaligarse a la espontaneidad del activista. Antes bien, este trabajo debe someterse a una disciplina – no burocrática, por supuesto – de reflexionar sobre las prácticas, discriminar las malas de las buenas, y entrenar la sustitución de unas por otras.

Esta disciplina la va adquiriendo el activista con la ayuda sobre su práctica de un entrenador (un “buen práctico reflexivo”, como deseable) que la va a acompañar, hasta que sea capaz de hacerlo él solo, gracias a los aprendizajes alcanzados, que han hecho de él también un “buen practico reflexivo”. Los entrenadores pueden diseñar reuniones de grupo de aprendizaje  para completar su acompañamiento personal.



En los casos en que la dirección quiera incorporar al desarrollo del partido la práctica de los diálogos sobre valores/prácticas, será oportuno coordinar esta práctica con la de las conversaciones para coaligarse.




PASOS

El buen jugador, el buen práctico, tiene que querer dar el paso de iniciar su segunda carrera, la de entrenador, dejando el protagonismo de ejecutar los partidos a otros  jugadores.

Este posible paso a entrenador, debería venir ayudado a su vez por un entrenamiento. El buen práctico que sabe jugar no tiene por qué saber entrenar. Antes, podríamos asegurar que su éxito como jugador puede provocar algunas  actitudes que de no cambiarlas  puede  dificultar la tarea de entrenar a otros.

Entrenar a un buen práctico para este segunda carrera puede ayudarle  decidirse a dar el paso de iniciarla. Va a consistir en adquirir la capacidad de reflexionar desde y sobre sus prácticas, encontrando relaciones de las mismas sobre los resultados. Reflexionando así, el “buen práctico reflexivo”, discrimina entre sus buenas y malas prácticas personales, de modo de dotarse de un esquema de lo que podríamos llamar la tarea eficaz, formado por colecciones de narraciones, relatos, anécdotas que ejemplifican la tarea que consigue buenos resultados.

Al mismo  tiempo el buen práctico, en su evolución hacia entrenador, reflexiona sobre cómo ha aprendido sus prácticas y cómo hace para ir cambiando malas por buenas prácticas. De este modo se hace consciente de la existencia de los procesos de aprendizaje, y reconociendo sus procesos peculiares, se sensibiliza a que esos procesos pueden ser distintos en las personas a entrenar y va  acomodando su actuación de acompañamiento al modo que mejor genera aprendizajes de cada uno.



Todas estas reflexiones no tienen lugar sino contando al mismo tiempo con candidatos voluntarios a asumir el rol de activista líder político situándose en un contexto político determinado – barrio, sección electoral, votantes, líderes de opinión de los votantes, presencia y movilización de militantes y de exmiltantes, presencia y movilización de otras formaciones políticas,…

Probablemente, el mejor camino para fomentar la aparición de esos voluntarios candidatos a entrenarse como activistas/ líderes es que la dirección vaya poniendo en práctica un sistema de evaluación de resultados y prácticas, y active procesos de juego/ intercambio de compromisos/ apoyos por barrios, vecindarios y secciones electorales.


El emparejamiento entrenador/voluntarios, se hará por acuerdos personales entre ellos, construyendo un plan de mejora de la situación y de las prácticas de activista/lider, consensuado entre ellos.      


Estos temas se tratan en los seminarios: "¿Que hacer en los días que restan de campaña?: ir superando malas prácticas en los partidos", "Conversando para coaligarse", "Aterrizando bien en la institución para controlarla y alinearla con las preferencias de los votantes" y "Sacar el voto ("Get-Out-the Vote") Asegurando de llevar los votos favorables a la urnas".

viernes, 13 de marzo de 2015

¿QUE HACER EN LOS 70 DIAS DE CAMPAÑA ELECTORAL? IR SUPERANDO LAS MALAS PRACTICAS EN LOS PARTIDOS POLITICOS

Las direcciones de los partidos, en su deriva autoritario-burocrática, a fuerza de no hacer auténtica evaluación, han dejado que se desarrollen colecciones de malas prácticas que han desmovilizado las redes partidarias, generado abstención de los votantes y aun desafección de los mismos.




Y ahora cuando llegan unas elecciones creen que basta con “vender” un candidato y un programa y atacar a los demás para recuperar las redes, los votos y la confianza perdida.

Pero la experiencia reciente, está demostrando que esto no es así y que las campañas más elaboradas ni las propuestas más atractivas, ni los candidatos más heroicos, ni lo malos que son los “otros”, llegan a neutralizar el efecto devastador que las malas prácticas propias tienen en los propios resultados políticos.





Una evaluación somera de practicas/resultados permite identificar dónde y cómo se han ido perdiendo las redes, los votantes se han abstenido – y ahora, están dispuestos a pasarse a otras opciones – y cómo se ha ido extendiendo la desconfianza y la desafección.

Un periodo electoral, con la mayor sensibilización a los resultados entre activistas y votantes, puede ser precisamente un buen momento para pensar en evaluar las practicas existentes e ir ensayando introducir elementos de dirección consciente en ellas.

Identificar buenas prácticas en términos de activistas coaligándose conversando con líderes de los votantes; propiciar que estos activistas "buenos prácticos" reflexionen sobre sus prácticas y lleguen a discriminar las malas de las buenas prácticas;entrenarlos para que pasen de ser buenos jugadores a entrenadores;  entrenar así a dos o tres activistas por entrenador "entrenado", empieza a ser un buen círculo virtuoso de revitalización de un capital social partidario.

Naturalmente, este proceso no se culmina en esta campaña pero es un comienzo sólido, que va a producir ahora mismo resultados y que sienta bases sólidas para futuros desarrollos.  

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Ver próximo evento en Facebook 

miércoles, 18 de febrero de 2015

100 DIAS. QUE HACER (3)

Lo que no deberíamos dejar de hacer en estos 100 dias



1.- Conversar intensamente para coaligarse

2.- Preparar el aterrizaje en las instituciones para no romperse la crisma y si controlarlas y alinearlas con la política.

3.- “Sacar el voto” para no perder finalmente ninguno favorable





3.- Asegurándonos de llevar a las urnas los votos de los favorables  y de lograr su apoyo para llevar a otros (“get-out-the vote”).

Más de un puesto de concejal y hasta alguna alcaldía se han perdido por uno o por muy pocos votos. Y es fácil que hasta un 8/10% de los votantes favorables no acudan a la urnas el día D, por muchas razones que casi todos conocemos. Por ello, se va aconsejando adelantar votos por correo de personas que tendrán dificultad real en acudir a las urnas en ese día.

El último mes de la campaña debe incorporar actividades que tengan en cuenta la diferencia entre conseguir una actitud favorable hacia unos planteamientos/candidatos y la decisión de acudir a votar.

Las actividades de “sacar el voto” (“get-out-the vote”) son especialmente transcendentes en aquellas elecciones en que existe cierta apatía por parte de los electores, y se prevé una baja participación. Pero a ningún partido le interesa aumentar indiscriminadamente esta participación. Se trata de conseguir que vayan a votar, las personas que pueden considerarse favorables. Esto debería implicar que a estas alturas de la campaña, habría que contar con una buena identificación de los votantes en las secciones electorales priorizadas. Y sino, habría que considerar si es posible completarlo en los días inmediatos.

A la hora de diseñar las actuaciones que pretenden asegurar que los votantes favorables acudirán a las urnas, habrá que tomar en cuenta la gran diferencia de impacto que van a tener los contactos personales con esos votantes con respecto a los contactos impersonales de la comunicación unidireccional. A pesar de lo que es muy frecuente gastar una gran cantidad de dinero en acciones publicitarias y mítines que no tienen ningún efecto claro en “sacar el voto”.
 Las visitas casa por casa y las llamadas telefónicas por amigos y vecinos – mejor si son líderes de opinión – son los medios más eficaces. Aquí tienen un papel clave los equipos de sección electoral y de barrio. También pueden ser de buen impacto, reuniones de grupos pequeños – no más de 20 personas – donde se debatan temas como “el barrio que queremos” en lugar de grandes mítines como soporte de discursos unidireccionales, que pueden tener, por otra parte, un efecto euforizante contraproducente.


Las conversaciones
Los candidatos, los dirigentes y los eventuales entrenadores de campo pueden conseguir efectos  positivos implicándose en pequeñas reuniones y contactos personales con miembros de equipos de barrio y líderes de opinión de los votantes actuales y potenciales.
Las conversaciones deben de proporcionar comparaciones de programas y candidatos, evidencias de la congruencia del partido/candidatos con los valores comunes, aclaraciones y concreciones sobre el “barrio/municipio que queremos”, visiones globales que sirvan para compensar comparativamente los puntos débiles de “nuestro producto político”.
¿Me dejas que el día 22, si no has ido a votar a las 4 de la tarde, te llame para recordártelo?
Una pregunta de este estilo – acomodada a la relación existente en cada caso – puede servir tanto para verificar que el votante es realmente favorable, como  para obtener el permiso sin el que no es prudente llevar a cabo los recordatorios de los que hablaremos.
Los interventores
Las meses donde votan los electores de las secciones electorales priorizadas deben contar con dos interventores, que puedan turnarse en seguir la votación y registrar los nombres de los votantes, que deben recibir ahora el entrenamiento adecuado.
El interventor representa explícitamente al partido en la mesa. Conviene, pues, que lleve bien visible lo que sirve para identificarle como tal. Será también importante que muestre un aspecto congruente con lo que los votantes propios pueden esperar y un talante sonriente, sobre todo en las mesas predominantemente no favorables. A este respecto, es corriente observar que los votantes propios, tienden a sonreír al interventor cuando se acercan a la mesa. En ese caso, puede ser útil probar a intercambiar sonrisas verificando si nos está mandando un mensaje de complicidad y anotar el nombre del votante. Podremos comprobar después si ya lo teníamos registrado como favorable. En todo caso, este primer contacto visual, puede profundizase mas adelante, si el interventor vive en la misma zona y participa más adelante en un papel de militante activo.

Lo mejor es contar con dos interventores por mesa, uno que anota y otro que ayuda y conversa con los votantes fuera de la mesa.

El día D
Los responsables de equipos de barrio y sección electoral se habrán ocupado de calcular el número de personas – y teléfonos -  que necesitan para recordar telefónicamente a los votantes favorables que han dado permiso para ello su compromiso, y contar con medios de transporte y guardería.
Los interventores, entrenados para ello, a la hora establecida, darán cuenta de quiénes ha votado y quiénes no, y los equipos telefónicos llevarán a cabo los recordatorios, ofreciendo, en lo necesario, ayuda para el transporte a los colegios, o guardería a niños o personas necesitadas de ello.


Las listas punteadas de votantes son un instrumento de valor a la hora de analizar resultados y los interventores pueden convertirse en agentes de campo muy útiles en una estrategia de campaña permanente.






Próximo NUEVO seminario  sobre este tema en Valencia, Barcelona y Madrid

100 DIAS. QUE HACER

Lo que no deberíamos dejar de hacer en estos 100 dias



1.- Conversar intensamente para coaligarse

2.- Preparar el aterrizaje en las instituciones para no romperse la crisma y si controlarlas y alinearlas con la política.

3.- “Sacar el voto” para no perder finalmente ninguno favorable







2.- Aterrizando sin romperse la crisma


Ya hay bastante experiencia de cómo votos ganados en una elección se pierden en la siguiente. Una buena parte de esas pérdidas se han fraguado en el aterrizaje en la institución, que no ha permitido controlarla a tiempo  y alinear su actividad con las preferencias de los votantes.
Aterrizajes incorrectos, con frecuencia, ha provocado la pérdida de buena parte del poder institucional y social, conseguido previamente.



Detrás de este mal aterrizaje, y como causas evitables, podemos señalar:

  
  • Una mala comprensión del papel de los cargos públicos en las instituciones democráticas, que unas veces ha hecho perder mucho tiempo hasta que se han comprendido los mecanismos de funcionamiento, otras ha llevado a pretender dominar la institución asumiendo directamente los cargos públicos la gestión, trayendo todo ello como consecuencia no llegar a dominar la administración municipal, burocratizando a los políticos y dando un peso excesivo a lo técnico y burocrático en el funcionamiento de la institución, con perjuicio de la política, en mucho casos. La campaña electoral es un buen instrumento para entrenar a los cargos públicos en el papel de activista/líder político que no deberá dejar cuando esté en la institución. A esto ayudará que durante la campaña se consiga un buen conocimiento del potencial técnico y directivo del personal de la institución, para concebir y ejecutar un proyecto para desarrollar la dirección pública profesional y autónoma y montar una coalición gobierno/administración que asegure el control y alineación de esta con la política, sin sumergir a  los cargos públicos en la gestión.
  • Una coalición mal preparada en el caso de un gobierno de coalición de partidos, lleva a que se pierda demasiado tiempo vigilándose unos a otros, y a que la fragmentación por concejalías no favorezca una consideración política de lo que se hace.
  • Propuestas de actuaciones en los programas electorales, con demasiadas incógnitas/conflictos sin resolver, han venido chocando con las estructuras burocráticas poco capaces para aprender. 
  • La falta de un sistema de información para conocer lo que se está haciendo y el valor público que genera. En este sentido, es crucial contar con un presupuesto funcional analítico antes de la toma de posesión, que, por otro lado, puede proporcionar buen material para la comunicación durante la campaña.
  • El mantenimiento de una excesiva falta de regulación y normalización de las decisiones públicas – endémico en la administración local -, que abre la puerta a la arbitrariedad autoritaria en las decisiones, a las irregularidades administrativas y a la corrupción.

Evitar incurrir en estas deficiencias, no es fácil, a partir de la toma de posesión, si el partido y el grupo municipal no han tomado ciertas precauciones, no han desarrollado  determinadas actitudes, y adquirido ciertos recursos – efectivos, formación.

Algunas de estas cosas tienen que suceder, al menos en parte, en el período que resta hasta la toma de posesión, y de alguna manera mezclándose con las actividades de conversar para coaligarse para conquistar el poder. Convendrá, pues, tener en cuenta a la vez el contenido ambos ejes apartados, para decidir lo que habría que hacer antes o después de la toma de posesión.    





Sobre este tema  convocará próximamente un NUEVO  seminario



viernes, 23 de enero de 2015

EL GENERAL PRIM, EL PODER Y LA IDEOLOGÍA. Y UNA CONSIDERACION DESDE LA NUEVA CLASE

El viernes pasado, en la librería del Centro Octubre de Valencia - donde estaba dando el seminario "Conversando para Coaligarse"-, encontré y compré, una novela histórica de un autor para mi  desconocido ("perdón"), Francesc Puigpelat, "Els ültims dies del general Prim".





Me interesó tanto que me la leí de un tirón antes de que acabara el fin de semana.

Cuenta el autor en la novela  que el quinto día antes del atentado que acabó con su vida, el general Prim concedía una entrevista a Salvo Marinetti de la Gazzetta Piamontesa uno de los diarios más influyentes de la nueva Italia unida e independiente. Y en ella, después de varios escarceos dialécticos sobre la discutida actuación militar y política de Prim, Marinetti intentaba resumir en una frase la estrategia de Prim:

- "Digamos que, ¿primero el poder y después la ideología?"
- "Me parece bien formulado".

El periodista va a tomar nota con una sonrisa. Se incorpora y pregunta:

-" Y si, una vez, alcanzado el poder, ¿se olvida la ideología?
- "Es lo que hay que evitar. Pero piense que la opción contraria es aun peor."
- " ¿La contraria?"
- "Si aquella que dice: Primero la ideología, después el poder."
- "¿Por qué es peor?"
- "Porque los políticos no tenemos como misión escribir libros ni inventarnos teorías abstractas. La coherencia existe solo en los sistemas filosóficos, pero no en la realidad. Por tanto, un político que pone por delante la ideología será siempre ineficaz"





Creo que esta novela contiene anécdotas y reflexiones útiles para las personas interesadas en las andanzas de la nueva clase (Gouldner) en el siglo XXI. El protagonista aparece en ella como un pionero de esa clase. No le fue difícil a los poderes fácticos asesinarle cuando su política podía poner en jaque su poder.

El general Juan Prim es otra de esas figuras de nuestra historia no justamente consideradas.

La novela "Els Ültims dies del general Prim" de Francesc Puigpelat, está  editada por Proa, Barcelona en octubre de 2.014
















n antes de que acabara el fin de semana