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jueves, 12 de enero de 2012

CLARIFICANDO VALORES, ESCUCHANDO Y CONTANDO HISTORIAS

"Los partidos de izquierdas tienen que introducir el diálogo sobre valores en su vida social interna. Como veremos más adelante, serán una parte importante en las entrevistas y reuniones con vistas a movilizar militantes y simpatizantes pasivos, recuperar para la acción política a cargos públicos, para captar voluntarios, y, en general, lo que vamos a llamar coalición con los militantes.

Los diálogos sobre valores encuentran su soporte ideal en las conversaciones acerca de anécdotas e historias personales sobre experiencias positivas y negativas vividas tanto en el partido como en la vida política, en general. Los relatos de comportamientos así obtenidos sirven para encontrar los valores personales identificándolos con prácticas específicas. Cada persona puede así clarificar sus propios valores y considerar cómo puede contribuir a conseguir un acuerdo colectivo, o hacerse consciente de la incompatibilidad.

Los protagonistas de valores/ prácticas positivos pueden ser animados a dar forma a encuentros para el entrenamiento en los mismos. Estos entrenamientos son un buen preludio para el trabajo de coalición con los votantes.


Entrenamientos       



La dificultad de comunicarse de los políticos, no surge, muchas veces, tanto de una dificultad en la práctica de la comunicación, como de otros factores que el político no controla y merman su capacidad normal de comunicación.

Externamente, puede apreciarse que un político se comporta con torpeza cuando, es incapaz de escuchar a sus interlocutores, trata de persuadir sobre las propias ideas o comportamientos, o cuando no sabe afirmarse, o cuando su argumentación es limitada o cuando no reacciona con energía frente a ataques de otros. 
Con frecuencia, detrás de esta torpeza hay un conjunto deficiencias/faltas de aprendizajes que son la consecuencia de que los políticos adquieren sus prácticas de un modo espontaneista y no como consecuencia de una dirección consciente. La práctica política, los comportamientos que conducen a la eficacia o a la ineficacia en la tarea política no pueden aprenderse en los libros. Sólo cuando la reflexión sobre comportamientos eficaces/ineficaces en la práctica es registrada, analizada y asimilada por una persona o un colectivo de personas – como un partido – puede decirse que se pueden escribir LIBROS DE BUENAS PRÁCTICAS POLÍTICAS que pueden ayudar a mejorar. 
Observando la experiencia puede considerarse que los siguientes pueden ser componentes de una práctica eficaz que un político debería intentar dominar o que su partido debería ayudarle a hacerlo:
q  Cómo escuchar. Cómo montar una estrategia de intercambio sobre lo escuchado.
q  Cómo identificar, comprender y seguir a los votantes.
q  Cómo coaligarse de modo maduro.
q  Cómo modelizar una realidad para comunicarse: visiones, planes, proyectos/ evaluación.
q  Cómo elaborar una política para priorizar las actuaciones, delegar su ejecución de modo responsable y conseguir que los ciudadanos perciben el valor público que se le entrega o va a entregar.
q  Cómo diseñar unos procesos de acción, ponerlos en práctica y evaluar sus resultados.
q  Gobernar: diferentes formas de intervenir en la gobernanza – político, director profesional, asesor...
q  Estilos de gobernanza: mando, negociación, construcción de consenso.
q  Estructuras organizativas: la cúspide estratégica, las unidades de prestación de servicio y gestión de “clientes”, unidades intermedias – unidades de mercados, grupos de clientes, de funciones.
q  Cómo aplicar e interpretar las leyes. Cómo elaborar normas para gobernar/dirigir.

Cuando un político trabaja con un aprendizaje insuficiente sobre cómo hacer estas – y algunas más - cosas, es normal que esté inseguro. Para personas sensatas es normal: están actuando con una gran falta de dominio sobre su realidad y una gran inseguridad sobre lo que puede conseguirse y lo que puede pasarles por el camino.
Como los partidos no suelen dedicar esfuerzos a acumular sus buenas prácticas y a enseñarlas a los nuevos, a veces se recurre al atajo de “enseñarles a comunicarse”, generalmente en un solo sentido. A la gente que se ha acostumbrado a estas prácticas, le suele resultar sorprendente que se les diga que tienen que identificar a sus interlocutores y comunicarse con ellos en dos sentidos.
Algún partido de derechas llega a entrenar – por cierto, con éxito - a su gente para que “mientan sin sonrojarse” y “digan lo que les interesa sin importarle lo que les digan los demás”. Este es un caso extremo de una tendencia que es bastante general: que los políticos  suelten su discurso sin saber muy bien lo que dicen ni a quién se lo dicen.
El aprendizaje de buenas prácticas políticas por parte de los directivos y de los cargos públicos constituye uno de los recursos clave para el desarrollo de un partido político. Sería sensato que las direcciones se preocupen por entrenar, a aquellos militantes que se quiere que hagan un buen papel político y demuestran tener los valores adecuados, en dominar la práctica política y después se les entrene en habilidades comunicativas, cuando saben dónde están, qué y cómo hacer lo que les va dando un dominio de la situación y buenos resultados en sus acciones.   
Una buena comunicación en dos sentidos puede conseguirse  proporcionando oportunidades para un entrenamiento permanente a través de ejercicios de simulación de situaciones vividas (“role playing” y otros métodos dramáticos),de preparar conversaciones, de narrar anécdotas positivas y negativas que experimentan u observan, de conducción de círculos de anécdotas, de ejercicios de “dar sentido” y diseñar intervenciones a partir de las narraciones.También aquí hace falta recuperar las conversaciones que conduzcan a compromisos dirección/ militantes. Estas conversaciones tienen que superar los debates puramente formales de reuniones de  ejecutivas y grupos de trabajo, sesiones formativas, y asambleas. Toda reunión del partido tiene que ser una oportunidad de influir en la política que se sigue. Las comunicaciones de los dirigentes tienen que perseguir, olvidándose de controles teatrales, ayudar a llevar a cabo tareas eficaces políticamente. Las reuniones entre iguales tienen que ofrecer oportunidades de aprender colectivamente, practicando más el diálogo que equilibre los debates. Las experiencias de éxito tienen que circular entre agrupaciones y equipos y menos como justificaciones de gestión."
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Estos párrafos se profundizan en el  libro COMO GANAR (Y PERDER) VOTANTES, que puede descargarse gratuitamente (un pdf de 196 páginas) en http://fcampalans.cat/uploads/publicacions/pdf/formacio7.pdf


Y SE TRATARAN EN EL CURSO DEL MARKETING POLÍTICO A LA DIRECCIÓN POLÍTICA CONSCIENTE Y LA GOBERNANZA EFICAZ, LOS DIAS 14/15 DE FEBRERO PRÓXIMO. 
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