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martes, 9 de mayo de 2017

CAMPAÑAS ELECTORALES/CAMPAÑA PERMANENTE


 Este texto está extraido del resumen del Cuaderno de Trabajo para Cargos Públicos y sus Asesores, nº 13, "Marketing Político: claves para una campaña electoral eficaz"





La aproximación a la campaña electoral que hacen los gobiernos, grupos políticos y partidos tiene mucho que ver con el estilo de gobernar/oponerse,  que han venido practicando.



Un gobierno - y lo mismo cabe decir de un Grupo Politico en oposición -  preocupado exclusivamente por la gestión, empezará a sentir la proximidad del tiempo electoral, como un plazo molesto que le obliga a acabar sus obras, que casi siempre vienen retrasadas por falta de planificación y exceso de querer“hacer cosas”. Su implicación en un día a día de gestión agobiante, es fácil que le impida pensar en que los electores pueden no decidir por la gestión realizada, y que acabe improvisando una campaña de última hora, basada en prometer que se harán “ muchas más cosas” en un largo programa electoral que se procura distribuir a todo el mundo y glosar en la publicidad, los mítines y los encuentros.



Esta manera de abordar las campaña electoral, ha venido  dando buenos resultados electorales en aquellas ciudades donde factores históricos, de estructura social y de personalidad del Alcalde tienen conseguidas mayorías holgadas. Sin embargo, se va observando cómo las diferencias van disminuyendo. Y en las ciudades donde las posiciones están más próximas y la competencia más reñida, la experiencia va enseñando que esta manera de llevar a cabo la campaña electoral contiene demasiados riesgos. Y para Grupos en oposición suele acompañarles en su perpetuación en la misma, incluso aunque entren a formar parte de gobiernos de coalición



Una aproximación muy diferente es la de aquellos gobiernos que, generalmente acompañados por sus grupos políticos y partidos, van experimentando la práctica de la campaña permanente.   



Para un Grupo Político / Gobierno que practique la campaña permanente, la campaña electoral será una campaña específica dentro del conjunto de campañas políticas del Mandato que terminará en la elección siguiente.[1]Gobernar “campeando” aumenta la probabilidad de generar buenos resultados el día de la elección correspondiente. Se basa en campañas políticas a través de las que lleva a cabo:



p   El control y creación de una imagen positiva (comunicación en dos sentidos).campañas

p   Y el cálculo estratégico sobre el impacto que causarán en las actitudes e intención de voto, las decisiones y actuaciones públicas que van teniendo lugar



El gobierno campeador, idealmente, avanza el Plan Político de Mandato, fruto del Mapa Político / Electoral en el que se hace cargo de su situación inicial ante el electorado, creando valor público por medio de los proyectos /  campañas políticas.



El valor de las actuaciones públicas es evaluado por los ciudadanos, siguiendo una combinación particular de  variados criterios que guían sus decisiones electorales. Estos criterios pueden clasificarse en las siguientes categorías:



p   Problemas / soluciones

p   Proyecto de Ciudad.

p   Identificación con el candidato / candidatura.

p   Identificación con el partido.

p   Relación y estilo de gobierno.

p   Ideología.





Cada uno de los proyectos / campañas creadores de valor público contiene los siguientes  componentes:



p   Un sistema de inteligencia de marketing, que actualiza el Mapa Político / Electoral con respecto a los segmentos de electores, sus intereses, actitudes y sus intenciones de voto.

p   La producción de servicios y relaciones en dos líneas complementarias:



·      La solución de problemas priorizados y la proyección del futuro de la ciudad.

·      La movilización ciudadana, por el apoyo al desarrollo del tejido asociativo y el ejercicio de sistemas de gobierno con más intervención de mayor número de ciudadanos, con atención específica a los interesados y a los líderes de opinión.



p   La información y la comunicación persuasiva con los ciudadanos, reforzada por la receptividad lograda en las personas movilizadas y la segmentación de las propias información y comunicación.





La acción y el efecto “campaña” en  el progreso de los resultados políticos ( intención de voto, actitudes, receptividad de información, donaciones, tiempo de voluntarios) se potencia cuando la organización local del partido del gobierno entrena a sus militantes para implicarse en el tejido asociativo y en los sistemas de gobierno participativos y presta además a los ciudadanos “servicios políticos” como:



p   Identificación de valores.

p   Defensa de intereses y promoción de causas..

p   Oportunidades para el encuentro social.

p   Información sobre la vida pública y las vicisitudes políticas.

p   Formación para la práctica de la intervención en la política.

p   Renovación generacional de la vida política local, con el entrenamiento de jóvenes para la práctica política.

p   Argumentaciones ante los problemas públicos y las alternativas.

p   Oportunidades de desarrollo y ejercicio de competencias y habilidades personales en la vida pública.





El último período del mandato tiene la trascendencia de que a su término, el día de la elección, lo que los ciudadanos depositen en las urnas representa una evaluación decisiva para un nuevo mandato. Las bases de poder de la Corporación pueden ser alteradas completa o parcialmente. Esta transacción ciudadanos / candidaturas es una peculiaridad específica del marketing político.



De la trascendencia de esta transacción es lógico sacar algunas consecuencias:



p   No es sensato esperar a la evaluación final / definitiva sin hacer la prueba de evaluaciones intermedias que permitan ir corrigiendo el tiro, si no indican que el camino que se lleva conduce a un resultado aceptable. El alcalde que tiene que abandonar su puesto sin haberse enterado que hacía ya tiempo estaba corriendo el riesgo muy próximo de que le pasara, parece mostrar un entrenamiento insuficiente en la vida política. De aquí la propuesta de la campaña permanente.



p   La campaña electoral, sin perjuicio de la terminología y las limitaciones legales, no puede durar 15 días, ni siquiera 53. Se practique o no la campaña permanente, la preparación de la campaña electoral y la determinación de su estrategia debe llevarse  a cabo, al menos, a partir de un año antes del día de la elección. 

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El tema de la relación entre campañas electorales y la "campaña permanente" lo he tratado en varias ocasiones en seminarios específicos en cuya documentación puede profundizarse.
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En estos momentos, creo interesante tratar más fondo temas como: el Plan Político de Mandato, la Dirección Estratégica en Instituciones y Partidos, y el "Producto Pólítico/Valor Público", a los que dedicaré próximas entradas.



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