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jueves, 23 de agosto de 2018

¿ES POSIBLE HACER BUENA POLÍTICA SIN INSERTARSE SOCIALMENTE? na reflexión al finalizar el segundo cuatrimestre de 2.018 Todavía me sorprende cuando un político me pregunta: “Es posible conocer quién nos vota?” Al principio, me quedaba un poco suspenso. Después opté por explicarle tres o cuatro caminos para identificar a sus votantes. Pero, ahora estoy optando por hacerle otra pregunta, a mi vez: “Crees que es posible hacer una buena política sin estar insertado en tu sociedad?” Por mi parte, creo que es inútil explicar a militantes y dirigentes políticos métodos para identificar votantes, mientras no estén dispuestos a formar parte de la vida social de su entorno y a entenderla escuchando. Hoy, una parte significativa de ellos vive con muy poca relación natural con sus vecinos y entiende que su papel es el de gestionar servicios y transmitir mensajes “vendedores”. No merece la pena insistir en los efectos negativos que estos comportamientos están teniendo en los resultados electorales de los partidos. Sí, en cambio, merece la pena proponer otros comportamientos que pueden contribuir a romper la desafección política. En el bien entendido que no se trata de argucias para ganar votos a corto plazo, sino de enriquecer el capital social que ayudará a conseguir votos y a mantenerlos a medio plazo. Convendría para ello empezar por recordar algo que el ejercicio burocrático de la política ha hecho olvidar temporalmente. La política es una actividad social. “A medida que las personas interactúan y anticipan interacciones cada uno influencia lo que otros perciben, valoran, y actúan. Cuando las personas toman decisiones, toman en cuenta las claves, el conocimiento los valores y las expectativas de su pareja, padres, hijos, amigos, compañeros de trabajo -las personas que le importan en su vida…Al nivel más general, los individuos toman sus decisiones políticas, como otras decisiones, tomando en cuenta claves de otras personas… Los individuos es especialmente verosímil que tomen claves de otros, como aquellos de los que dependen en los que confían, con los que interactúan regularmente, y a los que perciben similares a ellos mismos.” (A.S. Zuckerman, “The social logic of politics”, 2.005). Desde este presupuesto, los datos de actitudes hacia candidatos/partidos y problemas obtenidos por encuestas muestrales son insuficientes para guiar actuaciones de ganar/conservar votantes. Y lo mismo cabe decir de las campañas a través de medios masivos o redes virtuales. Si se quiere asegurar un mejor conocimiento y comunicación en dos sentidos con los votantes actuales y potenciales, será necesario contar con recursos sociales para interaccionar con individuos, díadas y redes sociales. Estos recursos – los militantes, los activistas, los cuadros dirigentes – podrán levar a cabo esta interacción en unidades sociales que pueden abarcar una persona o un grupo de personas, como una sección electoral o un barrio, donde tiene lugar algún tipo de vida social..Esto tendría que comportar que en el interior del partido se dé tanta importancia a las tareas de interacción con los votantes como a las de diseño de políticas. Probablemente, en la medida que se vayan superando las prácticas burocráticas de dirección, se irá encontrando la manera de que diseño e interacción sean dos momentos de una misma práctica. A todo esto, contribuirá ejercer el liderazgo como un servicio al desarrollo como líderes de otros. Una práctica que se deriva inmediatamente de este enfoque, es la de identificar dónde – en el territorio acotado – se reúne la gente y habla de política. En esos lugares, el recurso partidario – militante, activista, cuadro – deberá conseguir introducirse y ser aceptado como participante. Su comportamiento para ello ha de ser escuchar, mucho más que decir. A través de esta escucha – a fuerza de dedicar un tiempo regular a la asistencia -va a conseguir identificar opiniones y afinidades, líderes de opinión, cuestiones problemáticas, que permiten empezar a construir un mapa político operativo. Cuando se produce esta inserción social del partido, sus miembros están dentro de su sociedad, naturalmente se va produciendo una identificación de votantes y líderes de opinión de los mismos, personalmente por cada miembro y compartiendo conocimiento con amigos, compañeros o personas con las que habitualmente se relaciona A partir de aquí, se puede progresar en el conocimiento de la realidad política de votantes, líderes de opinión y cuestiones problemáticas, por medio de conversaciones telefónicas, encuentros de votantes, prestación de servicios políticos, en la vía de ir constituyendo comunidades de votantes y contribuir al desarrollo de barrios.



Una reflexión al finalizar el segundo cuatrimestre de 2.018






Todavía me sorprende cuando un político me pregunta: “Es posible conocer quién nos vota?” Al principio, me quedaba un poco suspenso. Después opté por explicarle tres o cuatro caminos para identificar a sus votantes. Pero, ahora estoy optando por hacerle otra pregunta, a mi vez: “Crees que es posible hacer una buena política sin estar insertado en tu sociedad?”
Por mi parte, creo que es inútil explicar a militantes y dirigentes políticos métodos para identificar votantes, mientras no estén dispuestos a formar parte de la vida social de su entorno y a entenderla escuchando. Hoy, una parte significativa de ellos vive con muy poca relación natural con sus vecinos y entiende que su papel es el de gestionar servicios y transmitir mensajes “vendedores”.
No merece la pena insistir en los efectos negativos que estos comportamientos están teniendo en los resultados electorales de los partidos. Sí, en cambio, merece la pena proponer otros comportamientos que pueden contribuir a romper la desafección política. En el bien entendido que no se trata de argucias para ganar votos a corto plazo, sino de enriquecer el capital social que ayudará a conseguir votos y a mantenerlos a medio plazo.
Convendría para ello empezar por recordar algo que el ejercicio burocrático de la política ha hecho olvidar temporalmente. La política es una actividad social. “A medida que las personas interactúan  y anticipan interacciones cada uno influencia lo que otros perciben, valoran, y actúan. Cuando las personas toman decisiones, toman en cuenta las claves, el conocimiento los valores y las expectativas de su pareja, padres,  hijos, amigos, compañeros de trabajo -las personas que le importan en su vida…Al nivel más general, los individuos toman sus decisiones políticas, como otras decisiones, tomando en cuenta claves de otras personas… Los individuos es especialmente verosímil  que tomen claves de otros, como aquellos de los que dependen en los que confían, con los que interactúan regularmente, y a los que perciben similares a ellos mismos.” (A.S. Zuckerman, “The social logic of politics”,  2.005). Desde este presupuesto, los datos de actitudes hacia candidatos/partidos y problemas obtenidos por encuestas muestrales  son insuficientes para guiar actuaciones de ganar/conservar votantes. Y lo mismo cabe decir de las campañas  a  través de medios masivos o redes virtuales. Si se quiere asegurar un mejor conocimiento y comunicación en dos sentidos con los votantes actuales y potenciales, será necesario contar con recursos sociales para interaccionar con individuos, díadas y redes sociales. Estos recursos – los militantes, los activistas, los cuadros dirigentes – podrán levar a cabo esta interacción en unidades sociales que pueden abarcar una persona o un grupo de personas, como una sección electoral o un barrio, donde tiene lugar algún tipo de vida social..Esto tendría que comportar que en el interior del partido se dé tanta importancia a las tareas de interacción con los votantes como a las de diseño de políticas. Probablemente, en la medida que se vayan superando las prácticas burocráticas de dirección, se irá encontrando la manera de que diseño e interacción sean dos momentos de una misma práctica. A todo esto, contribuirá ejercer el liderazgo como un servicio al desarrollo como líderes de otros.  
Una práctica que se deriva inmediatamente de este enfoque, es la de identificar dónde – en el territorio acotado – se reúne la gente y habla de política.  En esos lugares, el recurso partidario – militante, activista, cuadro – deberá conseguir introducirse y ser aceptado como participante. Su comportamiento para ello ha de ser escuchar, mucho más que decir. A través de esta escucha – a fuerza de dedicar un tiempo regular a la asistencia -va a conseguir  identificar opiniones y afinidades, líderes de opinión, cuestiones problemáticas, que permiten empezar a construir  un mapa político operativo.
Cuando se produce esta inserción social del partido, sus miembros están dentro de su sociedad, naturalmente se va produciendo una identificación de votantes y líderes de opinión de los mismos, personalmente por cada miembro y compartiendo conocimiento con amigos, compañeros o personas con las que habitualmente se relaciona

A partir de aquí, se puede progresar en el conocimiento de la realidad política de votantes, líderes de opinión y cuestiones problemáticas, por medio de conversaciones telefónicas,  encuentros de votantes, prestación de servicios políticos, en la vía de ir constituyendo comunidades de votantes y contribuir al desarrollo de barrios.

Una propuesta para esta campaña:
v Organizarse por barrios y secciones electorales.
v Identificar los lugares donde se reúne la gente y habla de política.
v Hacerse aceptar y asistir regularmente, escuchando..




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