Pero dados los déficits de dirección que se observan en nuestro mundo político, no estará de más que intentemos definir más esta dirección, primero por lo que no es y después por lo que debe ser.
Dirección consciente no es:
• Actuar según se nos ocurra, sin someter las acciones a una evaluación previa
de su relación con la obtención de los objetivos que pretendemos.
• Repetir ritualmente unas prácticas que hemos empleado en anteriores campañas,
sin evaluar su eficacia entonces y ahora. Se suele decir que la manera
más segura de perder una campaña es creer y actuar como si fuera igual
que la anterior.
• Echar la culpa a errores de otros, y adoptar una actitud derrotista, para justificar
no implicarse seriamente en la campaña, y no implicar a otros.
• Una actitud y comportamientos de quienes dirigen, que signifiquen que son
ellos los que tienen que pensar y decidirlo todo, y que los demás sólo tienen
que ejecutarlo. La eficacia de una campaña electoral requiere compromisos
serios de todos los actores en lograr, a su vez, compromisos de los/las
votantes actuales y potenciales. Y los compromisos serios de los actores
partidarios –cargos públicos, directores y asesores, ejecutivos, militantes, líderes
de opinión y voluntarios…– no se producen si la dirección no ejerce un
liderazgo empoderador3.
Dirección consciente, en cambio, es:
• Una cuyos comportamientos y maneras de decidir empoderadores dan a
todos un papel satisfactorio, que hace que todos los recursos disponibles se
pongan a contribución de la campaña. Hoy se está llamando a esto liderazgo
suficiente, como algo diferente al liderazgo heroico, carismático o burocrático.
Pero no es una cuestión de palabras, sino de comportamientos que
pueden lograr compromisos o no.
• Conseguir que por parte de todos los actores se preste atención no sólo a
completar las tareas de gestión municipal o de partido entre manos, sino
también a las tareas de identificación y acompañamiento de los/las votantes
actuales y potenciales y sus líderes de opinión, que formarán las actuaciones
de esta campaña, en muchos casos, como profundización y mejora de
las actuaciones de las campañas precedentes, autonómicas y europeas.
• Animar unos procesos que llevan a cabo unas tareas de:
o preparación de la campaña;
o determinación de la estrategia de la campaña;
o planificar las actuaciones y la operaciones de obtención de fondos,
evaluando lo que se va obteniendo y replanificando en lo necesario;
o y asegurar que las actuaciones son asumidas responsablemente por
una estructura de organización en la que los actores movilizados asumen
un papel satisfactorio para ellos y eficiente para la ejecución.
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3 - EMPODERAR. Expresión del castellano antiguo que fue sustituía por “apoderar” hasta que ésta ha quedado reducida a unsignificado más bien notarial o administrativo. Recientemente, ante el avance de la expresión anglosajona “empowerment”, seestá volviendo a emplear el original castellano de empoderar, con el significado de dar poder a alguien, permitirle influencia en decisiones, respetar un ámbito de autocontrol,…
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La dirección consciente, la preparación de la campaña, la determinación de la estrategia
de la campaña, la planificación de las actuaciones de la campaña, la obtención de
fondos, y la organización de la campaña, son las primeras claves de eficacia.
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