(Tomado de un manual de campaña, dentro del eje de la "maniobra coaligadora")
Introduciendo esta práctica en la campaña
electoral se está materializando la estrategia de priorización de blancos
(“targeting”), sentando las bases de información y comunicación para permitir
un tratamiento diferenciado de los electores, según características que los
hacen más interesantes para la meta y los objetivos de la campaña. El tratamiento intensivo raramente podrá llevarse a cabo en todo el
electorado. El primer paso será, pues, priorizar entre las secciones
electorales aquellas más prometedoras en función del punto de partida y de la
meta. Un partido, con una pequeña participación, no parece sensato que trabaje
una alta proporción de secciones, seguramente unas pocas bien trabajadas serán
suficientes para la meta y los objetivos de voto que tiene planteados, y la
concentración de esfuerzos en un espacio reducido será mayor garantía de
resultados. Incluso un partido mayoritario es posible que no necesite cultivar
intensivamente más de la mitad de las secciones electorales. Esta priorización
reduce considerablemente el coste y el tiempo de la operación de identificación
y clasificación.
La operación de identificación y clasificación puede
proponerse como objetivo conseguir conocer el 40% de los votantes de un 50% de
las secciones electorales, y el 80/100% de sus líderes de opinión del total, es
decir un 8/10%.
Los equipos responsables de barrio/sección electoral
que cuenten con un número bajo de votantes identificados, pueden encontrar en
el contacto telefónico el instrumento ideal para conseguir en poco tiempo identificar a los votantes de las
secciones priorizadas. Por este medio, en un contacto breve y superficial con
todos los electores de cada sección electoral se obtiene información para
identificar y clasificar a cada ciudadano de acuerdo con su actitud general
hacia la votación y los candidatos en presencia. No se trata de hacer una encuesta encubierta. La persona que realice el
contacto debe identificarse a su vez, como alguien que trabaja para la
candidatura del partido del municipio, lo que estimula una respuesta más sincera
del interlocutor. La conversación debe ceñirse estrictamente a identificar las
actitudes del elector hacia participar/abstenerse, apoyar al partido/no, aceptando
en ambos casos la indecisión. Es aconsejable contar con un protocolo bastante
estricto para guiar la conversación y recoger las respuestas. Se pueden
conseguir varios ejemplos de protocolos de este tipo que han sido
experimentados con éxito anteriormente.
Razones prácticas de no
tener aún montada, o suficientemente entrenada, la organización de voluntarios,
suele hacer aconsejable iniciar este trabajo por medio de llamadas telefónicas,
a cargo de una firma especializada de telemarketing. Puede implicar un coste
relativamente alto, por el gran número de llamadas a realizar; pero la
disminución que va a permitir en el volumen de los blancos va a compensar en bastante
medida este coste. Una manera de reducir el coste es ser bastante estricto inicialmente
en la priorización de las secciones
electorales sobre las que se llevará a cabo la primera operación. Una vez
experimentado el rendimiento, se contará con elementos de juicio más firmes
para decidir si la experiencia se extiende a otras secciones. En algunas casos, se ha experimentado con
contratar un pequeño número de llamadas a la firma externa, con la presencia de
los voluntarios del partido que después llevarán a cabo el grueso de la tarea,
y que aprenden cómo hacerlo en estas primeras experiencias. Un buen
entrenamiento en la conversación telefónica es un buen activo para la capacidad
de conversación en operaciones más allá de la identificación. Si las respuestas
a la conversación protocolizada se
registran en una hoja de cálculo, pueden pasar a formar parte de una base de
datos de votantes. Convendrá prever un espacio para recoger comentarios libres
de los votantes tanto negativos como positivos.
Del primer trabajo
telefónico, puede eliminarse de seguir trabajando los que no van a votar y los
que han manifestado su apoyo claro a otra opción. Los indecisos y los votantes
propios forman un volumen que seguramente no pasará de la mitad de los
electores. Todas estas informaciones constarán en fichas individuales elaboradas
por la firma de telemarketing, con nombres, direcciones postal y de correo
electrónico, teléfonos, clasificaciones y respuestas a un pequeño número de
preguntas.
Este censo de votantes
propios e indecisos, podrían ser visitados en su domicilio por el equipo de
campo de la campaña, ya entrenado y con la información recogida por las
llamadas telefónicas. Esta primera entrevista personal tendría por objeto:
hacer conocer el nombre del candidato /
candidatura, ya que el visitante se presenta como alguien que trabaja a
favor de la misma; pedirle si se puede contar con su apoyo, como una manera de
ratificar la clasificación; si ratifica que es votante, ofrecerle servicios
como ayuda para el voto por correo, preguntarle si quiere ser voluntario;
anunciarle que recibirá más información y sobre todo recordarle la importancia
de su voto. Ante el votante que se manifieste indeciso, intentar explorar brevemente los motivos de su indecisión,
eventualmente entre quiénes duda y por qué, y anunciarle el envío de
información adicional para ayudarle a decidir.
Los resultados de estas
entrevistas serán registrados en los correspondientes informes para
introducirse en las bases de datos y asegurar el cumplimiento de los
compromisos.
Además del seguimiento en
forma de documentación ad-hoc por correo, el equipo de campo puede poner en
práctica otras iniciativas de comunicación, por ejemplo:
·
Convocatoria de una reunión abierta de todos los
votantes propios, eventualmente incluidos los indecisos, al final de una ronda
de visitas en la sección electoral o en un barrio, con fiesta y presencia otros miembros de la candidatura y de la
dirección, donde se agradezca a los votantes su fidelidad y a los voluntarios
su trabajo.
·
Organización de cafés con indecisos y líderes de
opinión favorables.
·
Llamadas telefónicas para comprobar el efecto de
la documentación enviada.
·
Nuevas visitas a domicilio con documentación
comparativa entre candidaturas.
·
Envíos por correo postal o electrónico de
mensajes acordes con la marcha de la campaña.
·
Propuestas de participar en acciones de
animación, por convocatoria de grupos o por Internet.
·
Convocatorias de eventos.
A estas alturas hay que
recordar que, en función de la meta y la estrategia de priorización, habrá
fijados unos objetivos y unos recursos para
·
Reforzar a los votantes propios, movilizarles en
acciones de influencia sobre otros y disponerles positivamente para su
presencia en las urnas el día de la elección.
·
Persuadir a los indecisos.
Al llevar a cabo por primera
vez este tipo de operaciones novedosas es importante que los líderes de la
campaña vayan por delante para dar ejemplo (“no echar a la gente a la calle”) y
aprender de las nuevas experiencias. Pero, después, su presencia tiene que
estar bien preparada para no malgastar uno de los recursos más escasos de la
campaña. Operaciones de priorización y clasificación como las que hemos
descrito deben poder servir para elegir aquellos líderes de opinión especialmente
influyentes y persuadibles, aquél distrito / sección electoral donde está en
juego mayor número de votos, aquellas personas que pueden aportar recursos
importantes.
En la medida que el equipo
de campo va aumentando en volumen y se va entrenando en el contacto directo, es
posible imaginar la creación de un banco telefónico, operado por voluntarios.
Cuando se está en condiciones de constituir un equipo importante de
voluntarios, el mismo hecho de reunirlos crea entusiasmo, atrae la atención de
los medios, hace más fácil obtener fondos. La popularidad extra que esto
proporciona puede funcionar como una “profecía que se cumple a sí misma”. En
este caso, esta fuerza de campo es además un medio formidable de comunicación,
un “producto político” en sí mismo, un verdadero estilo de gobernar o ejercer
la política que representa un valor de intercambio con algunos votantes, al
menos.
--------------------------------------------
Un ejemplo de campaña a partir de una identificación telefónica de votantes favorables e indecisos favorables, vamos a trabajarlo en el seminario "La campaña más rentable para conseguir votos en las europeas", VLC. 26 de abril. Ver en eventos de facebook.
No hay comentarios:
Publicar un comentario