tomado de la Sintesis del libro ·COMO GANAR (Y PERDER)VOTANTES, págs. 18/21)
La comunicación en dos sentidos es contradictoria con las jerarquías
burocráticas que hoy suelen gobernar los partidos y las instituciones públicas.
Las comunicaciones de este tipo de organizaciones son unilaterales y de
arriba abajo. Por eso, van debilitando las redes sociales partidarias, no
pueden llegar a suficientes compromisos con suficiente número de votantes.
Cuando un partido lleva mucho tiempo instalado en un gobierno puede haber
cedido a la tentación de incluir a muchos militantes en la nómina
institucional. Y algunos dirigentes pueden creer que así también se aseguran la
movilización política de los mismos. Pero el buen trabajo político no es un
trabajo burocrático que se dicta y se controla desde arriba. Al final, esto
puede conducir a un activismo sin consecuencias políticas, en el contexto de
una creciente desmovilización de los militantes y simpatizantes.
Los liderazgos
heroicos – bien sean carismáticos con grandes proyectos o burocráticos con
ínfulas de controlarlo todo – ahora son un problema y no una solución. Las organizaciones
políticas de izquierdas hoy necesitan alinearse con sus valores, a impulsos de líderes suficientes que comprometen todo el
potencial de su capital social estructural, y aún son capaces de desarrollarlo.
Y que para ello, no se sitúan en la cúspide de la pirámide dictando normas y
controlando. Sino que acuden a aquellas partes de las redes partidarias donde
son necesarios, para acordar objetivos comunes, dar forma a tareas eficaces,
aportar ayuda para que todos sean capaces de llevarlas a cabo y motivar con su
ejemplo el compromiso de esforzarse por aprender lo nuevo necesario.
De un modo sintético los cambios que hay que introducir en el viejo
esquema organizativo de la socialdemocracia, los podemos considerar desde tres
aspectos: el logro de los compromisos de/con los votantes y sus líderes de
opinión; los compromisos de/con los militantes; la organización de la empresa
de servicios políticos.
Compromisos de/con
los votantes y sus líderes de opinión
Un partido de izquierdas para mantener/desarrollar sus mayorías requiere
contar con una red capilar de militantes movilizados o activados. Se ha llegado
a estimar que esta red debe contar con un número de militantes igual al 2% del
número de votantes, y con una dedicación de unas 4 horas semanales al partido.
Este número de militantes, junto con los líderes de opinión – un 10% de los
votantes- pueden asegurar una comunicación continuada en dos sentidos con los
votantes. Los principales hitos de tal comunicación serán
· La identificación
de los votantes actuales y la determinación de los votantes potenciales.
· Los encuentros de
votantes, como un primer servicio político para ellos mismos, y una oportunidad
de escuchar, conversar, escuchar historias, detectar líderes de opinión.
· El acompañamiento
continuado de los votantes, prestándoles los “servicios políticos” que
contribuyen a formar y manifestar su voluntad política.
· La coalición con
los líderes de opinión y los votantes, a través de la respuesta a los problemas
prioritarios y del acuerdo sobre el futuro. .
Compromisos de/con
los militantes.
El esfuerzo de una dedicación continuada a la activación de las redes de
votantes y líderes de opinión, no se mantendrá sin un compromiso firme de los
militantes. Este compromiso será tan firme como lo sea el de la dirección del
partido en el empoderamiento de los militantes. El compromiso del partido con
los militantes necesita traducirse en:
- · Una política de abajo/arriba. Los votantes y los militantes tienen que tener colectivamente un papel definido y satisfactorio en la definición de las políticas.
- · Los militantes necesitan recibir del partido orientaciones contrastadas sobre lo que constituye una tarea política eficaz, no meramente encargos operativos.
- · Los equipos de secciones electorales y barrios, encomiendan un marco abarcable a la iniciativa del militante.
- · La mayoría de los militantes necesitan entrenamiento para animar las redes de votantes y líderes de opinión. Y los que no la necesitan deben ocuparse en entrenar a los otros.
- · Las Asambleas y grupos de trabajo, deben recuperar un papel de lugares de aprendizaje colectivo y de acuerdos sobre políticas y actuaciones.
La organización de
la empresa de servicios políticos.
Sólo una organización política concebida como una empresa de servicios
políticos al servicio de unos valores, puede garantizar de modo sostenible que
estas transformaciones tengan lugar: que una red social partidaria active una comunicación
bidireccional de conversaciones y compromisos, que mantenga/desarrolle unas
mayorías. Y la traducción práctica de ello se encuentra en aquellas
organizaciones de partido, estatales, regionales o locales que pueden mostrar
esas mayorías estables.
Estas serían algunos de los rasgos característicos de la “nueva
empresa”
·
La coalición
estratégica del partido + el gobierno +los líderes de opinión de los
votantes, llevan a cabo la gobernanza.
·
Para diferenciarse
claramente de los partidos de derechas – “todos son iguales”- los partidos
de izquierdas necesitan ir superando sus hábitos burocráticos y autoritarios, de
modo que las jerarquías ayuden a crear
redes sociales partidarias que no funcionan bajo la orden/control sino
compartiendo valores y objetivos y con las ayudas para ser eficaces que les
prestan las propias jerarquías.
·
Los equipos
directivos aprenden a aprender en grupo, como superación de las actuales reuniones
rituales improductivas. Sus miembros tienen que aprender a practicar el diálogo
y la indagación productiva antes del debate.
·
La planificación
política propia de la empresa de servicios políticos se ocupa de llegar a
acuerdos sobre metas y tecnologías, despejando conflictos e incertidumbres. La
programación de la ejecución de las prestaciones públicas es competencia de las
respectivas administraciones públicas; pero nunca antecede ni se impone a la
planificación política.
·
Un liderazgo que se
empodera empoderando – a los militantes, a los votantes – es coherente con los
valores de la izquierda y con los que hoy se consideran necesarios para la
supervivencia de las organizaciones.
- La dirección consciente es el mejor ejercicio del liderazgo. En las organizaciones de izquierda esta dirección radica en ser capaz de armonizar las campañas electorales eficaces con los proyectos de desarrollo a medio plazo de los recursos estratégicos, que siempre son personas.
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Leer + en los capítulos cuarto y quinto del libro mencionado, que se puede descargar libremente en www.fcampalans/uploads/publicacions/pdf/comoganaryperdervotantes_def.pdf
Se profundiza en estos temas en los seminarios "Activismo/Liderazgo Políticos".
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